Quizá el estado de ánimo ha contribuido a la selección de lecturas. Hoy vuelvo a Hegel para acrecentar más, si cabe, esta impresión apocalíptica provocada por los acontecimientos. El filósofo confiaba en que la razón triunfaría sobre la irracionalidad social y derrocaría a los opresores de la humanidad. Es la racionalidad de la realidad frente a la realidad de la racionalidad. Tendría razón Picasso al decir que «la vida es un cuadro dentro de otro cuadro». Pero, ¿cuál es el verdadero? Entre contar la vida tal como se vive o vivirla tal como se cuenta hay una notable diferencia (¿Yourcenar? No estoy seguro).

Estoy hecho un lío y siento miedo --¡yo sí!--, aunque trato de gestionarlo y hacer frente razonablemente a actos cometidos por personas atrabiliarias como los que han acaecido en el mundo. Unos son de carácter político, otros bélicos o violentos que provocan una turbia visión apocalíptica como decía antes. Pero el miedo o la sinrazón no debe hacernos ni débiles ni irreflexivos. De lo que no puede dudarse es de que «nadie puede saltar fuera de su sombra» como dice el refrán árabe. Y, pese a ello, se mueve, eppur si muove, diría la sentencia galileana, pues hemos sufrido actos criminales y fuera de control. ¿Será el triunfo de la razón? ¿O es que lo que llamamos sombra es la luz que no vemos? El tiempo lo dirá y esperemos que el dios Cronos no devore a sus hijos.

*Profesor