Las grandes universidades del mundo tienen uno. La Columbia University, la de Washington, Colorado, Miami, New México o, más cerca, la Autónoma de Barcelona, la Politécnica de Valencia o la de Alicante marcan sus horas en relojes solares que toman espacios singulares de sus campus, como desde ayer hace la Universitat Jaume I (UJI) de Castellón, que hoy abre oficialmente el curso universitario de la Comunitat en el Paranimf con el acto institucional. Su 25º aniversario ha sido el marco elegido para la presentación del nuevo reloj-calendario ecuatorial-polar de sol, una creación de los veteranos cronógrafos Joan Olivares y Rafael Amorós para el Ágora, que supone un “modelo inédito, completamente original, que combina el funcionamiento de dos tipos de relojes, el clásico y el moderno”. Su lema, Sapientia sola libertas est.

Al rector, Vicent Climent, catedrático de Física Óptica, le apasiona este proyecto y más en las bodas de plata de la institución. “En este tipo de reloj, el cuadrante ecuatorial polar reproduce la esfera terrestre, formado por un círculo central que representa el ecuador y una barra que hace de eje de la Tierra”, explicó. “Se orienta hacia la estrella polar y su gnónom, el objeto alargado cuya sombra se proyecta sobre la escala graduada, va iluminando las horas y, en este caso, a través de sombras semicirculares; y las líneas horarias son paralelas y simétricas respecto al mediodía, sin tener en cuenta la latitud”, detalló.

Parece complicado, pero es sencillo y se ve a distancia, como el guante azul de Manuel Sáez que emerge del Ágora y la viste. Y marca los tiempos con la espectacular precisión del Rey Sol. De dimensiones casi humanas, tiene una base de color óxido con una estructura en acero corten, mientras que los dos semicírculos y las líneas horarias, numéricas y zodiacales, se presentan en acero inoxidable. “Es una pieza que perdurará en el tiempo, marcando paso a paso el devenir de la UJI”, señaló Climent.

PRÁCTICA MILENARIA Y DE CIENCIA // La de los relojes solares es una “práctica milenaria y llena de ciencia”. Y en los últimos años se ha producido un renacimiento de la tradición solar y, en ella, los autores, Rafael Amorós y Joan Olivares, son ya unos clásicos contemporáneos, con obras que combinan arte y ciencia de una manera original y atractiva. La UJI se suma ahora a su currículo de esculturas del tiempo en la argentina Ciudad de Plata, Valencia, Reus, Almussafes, Ontinyent, Montserrat o Cambrils, impertérritas al paso del tiempo. H