De nuevo tenemos elecciones. En un contexto global como el actual, donde los principales problemas, como la desigualdad o el cambio climático, superan las fronteras de los estados, no digamos de las autonomías, la ciudad está recuperando todo su protagonismo. El contexto municipal tiene dos ventajas claras: proximidad y eficiencia. Nos conocemos, compartimos una misma historia y es en la ciudad donde se aplican, sufrimos o disfrutamos, las políticas públicas. Dejamos de ser números y nos convertimos en personas cuya reputación nos define, nos abre o cierra posibilidades. Reputación y confianza.

Esta semana nos visita la profesora Paula Pereira de la universidad de Porto. Trabaja precisamente el tema de la ciudad, las posibilidades democráticas que tiene, sus recursos como espacio público. Les avanzo algunas ideas que, a mi juicio, deberían incluir todos los partidos que apuesten por el futuro de la ciudad, por el valor democrático que posee. En primer lugar, la ejemplaridad de los cargos políticos municipales, deben ser un modelo a seguir. En segundo lugar, la transparencia en todas sus acciones y decisiones, siempre abiertas al seguimiento y control de todos los ciudadanos. Recuerden que todo lo que debe mantenerse oculto es porque es injusto. En tercer lugar, deben fomentar la participación, propiciar políticas que promuevan la inclusión y el sentido de pertenencia, creando espacios públicos donde los ciudadanos puedan reunirse para pasear, hablar, disfrutar, etc. Pensando en los jóvenes, la ciudad es la única alternativa a la soledad del ciberespacio.

*Catedrático de Ética