Sacerdote, periodista y político. Ernest Nabàs (la Vall d’Uixó, 1941) retrata en su nuevo libro Memòries d’un roder las más dispares vertientes de su vida a modo de autobiografía «con un relato novelesco, donde todos los hechos son ciertos». Ayer presentó la obra en el Menador, acompañado por su amigo y excalcalde de Castellón Daniel Gozalbo y la periodista Amparo Panadero. También estuvo en la mesa el editor de Vincle, Manolo Gil. Rebelde, inquieto, inconformista y defensor a ultranza de la justicia social son características que definen a este polivalente castellonense, según sus propias palabras.

De esta filosofía se desprende el nombre de su novela escrita en valenciano, ya que un roder era una especie de bandolero, aunque esta palabra traducida al castellano no le gusta al autor, que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Este hecho define su pensamiento y propia existencia, ya que pasó de practicar la caridad cristiana como sacerdote a considerar que la mejor caridad es la que se realiza a través de las políticas sociales, «porque lo que buscan es robar a los ricos, a través de los impuestos, para repartir el dinero entre los pobres en educación o sanidad».

Fue un cura de los llamados obreros en Vilafranca, Xodos y en el Chile del golpe de Augusto Pinochet contra Salvador Allende, donde fue torturado en un campo de concentración. Después desarrolló su profesión de periodista como contador de historias desde importantes cabeceras, como Mediterráneo, donde fue redactor jefe «en una etapa en la que la independencia y la profesionalidad fueron garantía de éxito». Esta tarea le llevó a ser jefe de prensa del Gobierno autonómico del socialista Joan Lerma. Después estuvo como diputado en Les Corts tres legislaturas.

Con el paso de los años se distanció tanto del clero, colgando la sotana, como de la política, abandonando la militancia en el PSPV-PSOE. «Tanto a la Iglesia como a los partidos políticos, especialmente a la izquierda, los veo igual. Su cúpula está enrocada y no tiene nada que ver con el mensaje de sus fundadores», asegura el valldeuxense.

Adiós a su militancia

Un hecho fue crucial para que decidiera dejar el que era su partido. Se trata de unas declaraciones de Felipe González asegurando que Pinochet «era un defensor de los derechos humanos comparado con Maduro», porque, según el escritor, «esto sería como hacer estas comparaciones entre ETA y el islamismo». La gota que colmó el vaso fue la intención de Pedro Sánchez de pactar con Ciudadanos, a quien considera heredero de la ideología de la Falange.

De todos modos, defiende las políticas de Ximo Puig al frente del Consell, con el que le une una «relación de amistad», a pesar de sus «discrepancias». Tanto Puig como Lerma le acompañaron en la presentación oficial de su libro en València días atrás.

srios@epmediterraneo.com