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La vertiginosa evolución de la sociedad ha logrado que lo que hace una década parecía revolucionario ahora esté obsoleto, incluso que pierda sentido. Ni hablar ya al remontarse más atrás en el tiempo. Y es que, de tanto mirar hacia adelante, quedan detalles por el camino que ayudarían a comprender que en el fondo las motivaciones de ahora son idénticas a las pasadas. Porque, ¿qué busca un niño cuando quiere jugar? Las nuevas tecnologías han cambiado muchos hábitos, pero el propósito, antes y ahora, es el mismo: divertirse, reír, ocupar el tiempo de la mejor manera posible.

Y es cierto. Un niño habituado a tener el poder en la punta de su dedo índice puede encontrar que un tren de madera o unas canicas tienen poco atractivo. Quizás solo haría falta pararse un instante, desempolvar esos juguetes que cuesta tirar porque decían tanto en la que debería ser la mejor época de la vida de una generación, y demostrarles, jugando con ellos, que mucho antes también sabían pasarlo bien.

Exposición en Nules

Eso es lo que pretende el Ayuntamiento de Nules con una iniciativa bautizada Juegos y juguetes de antaño. El día de Reyes Magos antes de 1970. El salto que pretenden dar es radical: de la era digital, a la de los indios y los vaqueros de plástico, los coches de lata y los artilugios de madera. Y todo lo concretarán en una exposición sobre la que han empezado a trabajar y para la que han realizado un llamamiento a los vecinos para que hagan su aportación.

No solo buscan la donación temporal de juguetes, también proponen elaborar entrevistas --con la colaboración de la Nulespèdia-- y la aportación de fotografías para testimoniar cómo se vivía la infancia cuando todo era menos accesible, cuando la sobreestimulación no suponía un lastre para la imaginación pueril y la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar era verdadera magia.

Dos comercios de la Vall d’Uixó, Plásticos Salvador y Dulce Bebé, han confirmado su colaboración con la iniciativa que impulsan las concejalías de Tradiciones y Museos, dirigidas por Susana Tusón y Guillermo Latorre.

Quién sabe, tal vez la nostalgia por una infancia distinta a la actual --por imperativo temporal--, reforzará esos lazos imprescindibles entre generaciones, porque al fin y al cabo el sentido de cualquier juguete es generar una felicidad sencilla, que buena falta hace.