La crisis originada por la emergencia sanitaria del coronavirus ha provocado un fuerte impacto en el mercado laboral de Castellón, aunque no ha afectado a todos por igual. Las estadísticas mensuales de desempleo revelan que el sector de la construcción ha logrado encadenar tres meses consecutivos de descensos. Fueron 198 personas en mayo, 138 en junio y 71 en julio. El presidente de la Asociación Provincial de Empresas de la Construcción de Castellón (Apecc), Fernando Alfonso, destaca que la actividad laboral «está estabilizada en este tiempo, y a pesar de las dificultades se ha dado un crecimiento progresivo».

Una de las causas de esta evolución tiene que ver con la propia manera de funcionar del sector. «Hacer una obra requiere de una gran preparación previa, por lo que la mayor parte de actuaciones que se desarrollan en estos momentos tuvieron como origen los primeros meses del año», afirma. Justo en un periodo en el que el covid-19 era solo un problema que afectaba a una ciudad china.

Para que los números positivos del empleo tengan una continuidad, Fernando Alfonso advierte de que será necesaria la participación de planes de reforma y rehabilitación. «En estos momentos se vislumbran pocos proyectos nuevos para el final del año y el comienzo del 2021, y esto se debe a que existe mucha cautela ante la posibilidad de que haya nuevos brotes y contagios». Ante la ausencia de un gran volumen de obra nueva, los arreglos en las construcciones ya existentes se vislumbran como una alternativa que ayudaría a las propias empresas del sector. «En Castellón, son unas 15.000 las personas que viven de ello», menciona el presidente de Apecc. Y su efecto se nota en otros negocios, como los establecimientos de venta de suministros, o los fabricantes de materiales, entre los que se incluye el clúster azulejero de la provincia.

ANUNCIOS / A lo largo de toda la pandemia son diferentes las ocasiones en las que se ha hecho mención a los programas de reforma. El president de la Generalitat, Ximo Puig, hizo referencia a las medidas del plan autonómico Renhata, y la demanda formulada al Gobierno para que asuma una actuación semejante. El jefe del Ejecutivo nacional, Pedro Sánchez, aportó más detalles el pasado martes.

Afirmó que hay esbozadas ayudas a la rehabilitación de viviendas, lo que supondrá movilizar una inversión, pública y privada, de unos 2.000 millones de euros en colaboración con la iniciativa privada. Con ello se aspira a multiplicar por cuatro el número de pisos que se reforman al año en España, de forma que ascienda a unos 120.000 anuales, frente a los 30.000 actuales, y facilitar la generación de 221.000 empleos.

Una serie de medidas que, inicialmente, se ven con buenos ojos, pero que Fernando Alfonso considera que deben «concretarse y hay que esperar a conocer toda la letra pequeña». De su efectividad dependerá que la construcción siga siendo «uno de los elementos tractores de la economía».

Muestra de ello es el ritmo de contrataciones registrado a finales del pasado año, cuando en Castellón se creaban dos empleos al día en el sector, con tasas de crecimiento del 6% y ganando posiciones a la hostelería y la industria. Del mismo modo que estos segmentos requieren el impulso público, la construcción necesita de ello para que el parón obligado en abril sea tan solo un bache.