Falta casi un mes para la llegada del otoño, pero la campaña turística de Castellón ya entra en su recta final. El confinamiento y las limitaciones a la movilidad a consecuencia del covid provocaron que la Semana Santa fuera inexistente y la temporada tuviera que arrancar más tarde. No fue hasta finales de junio, con el levantamiento del estado de alarma, cuando pudo venir gente de Cataluña, Madrid o Aragón. Como ya se temía, las ocupaciones hoteleras de julio y agosto han funcionado a medio gas, por lo que a lo largo de las próximas semanas empezará el goteo de cierres de establecimientos.

Además de la pérdida de ingresos para los propietarios de negocios del sector, está en el aire el futuro de sus empleados. Por ello, las patronales reclaman que el Gobierno amplíe de nuevo los ERTE por rebrote. Desde la organización autonómica Hosbec, su secretaria general, Nuria Montes, detalla que en el caso de Castellón esta medida sería una solución «para mantener el trabajo de más de 15.000 personas, ya que sin este sistema de protección habrá compañías que deberán plantearse expedientes de extinción de empleo». O lo que es lo mismo, se necesita de nuevo la respiración asistida para evitar unos despidos, que dejarían de ser de carácter temporal para ser definitivos.

Son cerca de 100.000 puestos en la Comunitat, y medio millón en toda España los que están en juego. No es la primera vez que los empresarios hacen este llamamiento, y las primeras declaraciones de representantes del Gobierno, como de la vicepresidenta Nadia Calviño, apuntan a que se atenderá la petición. Pero deben entablarse unas nuevas negociaciones, y cerrar todos los flecos antes de que acabe el actual periodo de vigencia, el 30 de septiembre.

PLAZO / Desde el colectivo castellonense Ashotur, su presidente Carlos Escorihuela recuerda que el turismo «aporta mucha riqueza al país, en estos momentos tenemos una gran incertidumbre y hará falta mantener los ERTE». Al menos, hasta el próximo mes de abril, cuando empiece la nueva campaña (con el deseo de que sí haya celebración de Pascua) y la esperanza de que la evolución del coronavirus sea sensiblemente mejor que en estos momentos.

El inicio del curso escolar solía marcar el final de la temporada alta, aunque lo habitual, en un año normal, es que los hoteles sigan abiertos hasta octubre o noviembre aprovechando los puentes festivos de otoño. Y de ahí, enlazar la actividad con las vacaciones sociales del Imserso, Carlos Escorihuela menciona que en esta ocasión «no tenemos este apoyo, ni tampoco otras fórmulas parecidas, por lo que se tienen que adelantar cierres y pensamos que está justificado alargar los ERTE y poder contar con otras ayudas que sirvan para sostener a uno de los principales motores de nuestra economía».

Por parte de Hosbec, Nuria Montes detalla que el empleo turístico no solo afecta a los trabajadores de hoteles, «que en Castellón dependen en muchos casos de contratos fijos discontinuos, sino que también abarca segmentos como agencias de viajes, guías» o personal de locales de hostelería que tienen como principal vía de facturación el verano.

Las patronales defienden que en estos casos puede justificarse el argumento de los ERTE por rebrote. Aunque Castellón depende en su mayoría del visitante nacional, ha sufrido la competencia de destinos especializados en turismo extranjero, que no ha venido por las restricciones al tráfico aéreo de países como el Reino Unido. A ello se suman los focos de Cataluña, Aragón o Madrid, que fueron acompañados de recomendaciones de limitar la movilidad, con su impacto en el turismo.

PÉRDIDAS DE 2.000 MILLONES / El último informe elaborado por la alianza para la excelencia turística, Exceltur, empeora las perspectivas del sector debido al impacto de los rebrotes ocurridos en plena temporada alta. El cálculo de pérdidas para el conjunto de España en el PIB turístico se cifra en 98.753 millones de euros, que se acerca en gran medida al peor escenario planteado por esta organización en el informe elaborado en el mes de abril, que esperaba una caída de 124.000 millones

Castellón aporta sobre el 2% del peso total en el país, por lo que la extrapolación de la estadística vaticina una caída de más de 2.000 millones. Las conclusiones de Exceltur inciden en que el turismo es una de las actividades peor paradas, por lo que reclaman que parte de las ayudas europeas a la economía española tengan en cuenta esta circunstancia.