La pandemia está arrasando todos los rincones del país. Y en la provincia ya son miles los vecinos que a causa del covid-19 han tenido que llamar a la puerta de su ayuntamiento en busca de soluciones para pasar el mes. Y es que como ha venido contando Mediterráneo en los últimos días, la crisis se ha cebado con los más vulnerables. Cuando se cumplen dos meses de la declaración del estado de alarma, más de 40.000 castellonenses siguen todavía en ERTE y muchos de ellos todavía no han cobrado ni tan siquiera la prestación del mes de marzo.

Una situación que ha disparado las solicitudes de emergencia en las familias. Concretamente, se han registrado, en toda la provincia, cerca de 9.000 llamadas de auxilio. La mayoría, para productos de primera necesidad: alimentos, limpieza e higiene. Un ránking que lógicamente lidera la capital de La Plana con casi 3.000 consultas. Según afirman desde el Ayuntamiento de Castelló, «se ha producido un aluvión de llamadas pidiendo ayuda para poder llegar a final de mes. Se ha tenido en cuenta desde la concejalía de Bienestar Social a aquellas familias que más lo necesitan y hemos podido atender a más de 2.600 hogares, explican.

Pero la inesperada llegada del covid-19 no solo ha afectado a la capital, el umbral de pobreza también se ha disparado en el resto de municipios. De norte a sur. Del interior a la costa. En Burriana han sido más de 500 las familias que han recurrido al ayuntamiento para recibir vales de comida o para pagar el alquiler:

«Desde el inicio de la crisis hemos otorgado subvenciones por valor de 95.000 euros, lo que supone el 68% de todo lo que se ha tramitado en lo que va de 2020 (más de 130.000 euros), apunta la regidora de Servicios Sociales, Dolores Carbonell. Y añade: «El perfil de los beneficiarios es principalmente personas que han visto cómo se reducían drásticamente sus ingresos y que necesitan un apoyo para comprar productos de primera necesidad».

Cambios en el presupuesto / Por su parte, otras localidades como Benicarló y Almassora también han sufrido los graves efectos del virus, y han sido 400 y 380 familias, respectivamente, las que han llamado a la puerta de su ayuntamiento: «Hemos destinado 146.000 euros para paliar los efectos de la pandemia, de los que 93.790 euros han sido para cubrir necesidades de vivienda y alimentación. La comisión que antes era mensual ahora es semanal, para acelerar las ayudas sociales», asegura la concejala de Bienestar Social de Almassora, María José Tormo. En este sentido, la edil incide en que «hemos incrementado en más de un 50% los fondos de Servicios Sociales respecto al pasado año para poder hacer frente a la emergencia sanitaria, priorizando a quien más lo necesita», apostilla.

Asimismo, Orpesa ha comprobado cómo una época que tenía que ser de prosperidad económica con las vacaciones de Semana Santa se truncaba por el gran número de personas afectadas por el cierre de comercios, sobre todo, en turismo y hostelería. Y es que el municipio localizado en la Plana Alta ha abonado más de 40.000 euros en ayudas de emergencia social para 138 familias vulnerables desde el 14 de marzo, un contexto que ha ido agravándose durante las últimas semanas y por el que el consistorio ha reforzado la partida económica de Servicios Sociales un 160%, hasta los 163.200 euros.

Una ayuda necesaria / La concejala del área en el Ayuntamiento de Orpesa, Micalea Bermúdez, argumenta que «desde el primer momento, el principal propósito ha sido dar respuesta a la situación de verdadera necesidad por la que están pasando muchas familias. «Los vecinos nos necesitan más que nunca y, por ello, no vamos a escatimar en invertir en ayudas para poder atender a todas aquellas personas que están sufriendo las consecuencias de esta crisis social, que se ha desatado a raíz de una pandemia sin precedentes», concluyó. Por desgracia, el covid-19 ha venido para quedarse y pasará mucho tiempo hasta que logremos vencerlo.