EEUU vive impactada por el positivo en coronavirus de Donald Trump y por la gestión de la información que está haciendo la Casa Blanca y que ha provocado confusión y versiones contradictorias sobre el estado de salud del presidente. Los medios estadounidenses cuestionan la veracidad de la información dada y se preguntan desde cuándo sabía Trump que era positivo y si alteró su agenda o siguió adelante como si nada.

Al positivo de Trump y de la primera dama, Melania Trump, le ha seguido todo un reguero de contagios en el entorno del presidente. Muchos de los contagiados estuvieron el 26 de septiembre en el acto de nombramiento de la jueza Amy Coney Barrett en el Rose Garden de la Casa Blanca. Fue un acto al que asistieron un centenar de personas, muchas de ellas sin mascarilla, y sin guardar distancia de seguridad. Las imágenes de la ceremonia hablan por sí mismas: invitados sentados unos junto a otros y tertulias cara a cara con abrazos incluidos.

Hay hasta ahora al menos ocho personas del entorno cercano de Trump que estuvieron en ese acto y que han dado positivo: el senador Mike Lee --aparece en vídeos dando abrazos a otros asistentes--, la exasesora Kellyanne Conway, el senador Thom Tillis, el exgobernador Chris Christie, el presidente de la Universidad Católica de Notre Dame donde da clases la jueza Barrett, John Jenkins --Christie y Jenkins se sentaron juntos ese sábado-- y el jefe de campaña de Trump, Bill Stepien.

A todos ellos se les hizo un test rápido de coronavirus antes de entrar en el jardín y dieron negativo. Sin embargo, según los expertos, los test rápidos del laboratorio Abbott que usa la Casa Blanca tienen un alto índice de falsos negativos respecto a otras pruebas diagnósticas que tardan más tiempo en ofrecer el resultado.

Desde ese 26 de septiembre y hasta el 1 de octubre en el que Trump anunció su positivo, el presidente de EEUU siguió con su agenda de campaña. Una agenda en la que las mascarillas brillaban por su ausencia y que le llevó Minnesota para asistir a un acto de recaudación de fondos y para asistir un mitin con casi 3.000 personas, y que incluyó el primer debate con su rival demócrata, Joe Biden.