Un delgado y tal vez fugaz soplo de sentido común se sintió en Venezuela después de que el Gobierno y la facción opositora que encabeza el diputado Juan Guaidó acordaron sumar fuerzas en la lucha contra el covid-19, que ha matado a 20 personas e infectado a 1952. El entendimiento lleva la firma del ministro de Salud, Carlos Alvarado, y Julio Castro, a cargo del equipo epidemiológico de Guaidó, el legislador que Estados Unidos y otros 54 Gobiernos reconocen como “presidente encargado” de Venezuela. Las dos partes respondieron a un llamado de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), a cargo de gestionar los fondos recolectados en el exterior para resolver las carencias sanitarias de un país cuya economía se derrumbará este año un 25% y no encuentra la manera de superar el conflicto político que se remonta desde finales de 2013.

Cuando comenzó la cuarentena, Maduro pidió sin suerte al Fondo Monetario Internacional (FMI) un crédito de 4500 millones de dólares para enfrentar la crisis sanitaria. En medio de un continuo empobrecimiento y dificultades que se hacen sentir en la infraestructura hospitalaria, el Gobierno ha recibido no obstante el respaldo médico chino y cubano. En este contexto se conoció este acercamiento. El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, celebró el paso dado por las partes. "Deben constituir sobre esta base para continuar buscando terreno común para superar la enquistada crisis del país", dijo. El alto representante para la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, también el "acuerdo entre el gobierno de Nicolás Maduro y el presidente interino Juan Guaidó sobre la gestión de ayuda humanitaria frente al coronavirus en Venezuela".

Guaidó, en tanto, se adjudicó el acuerdo como un triunfo propio. "Los recursos que de otra forma habrían sido desviados para el enriquecimiento ilícito de unos pocos, hoy se orienten para atender la necesidad de los más vulnerables". El diputado dejó entrever que el horizonte de una salida consensuada de la disputa seguirá en punto muerto. "Nuestra política se centra en salvar vidas, en atender la emergencia y salir de la dictadura".

La reacción del Gobierno

Por su parte, Jorge Rodríguez, el ministro de Comunicación de Maduro, llamó "todos" los venezolanos, "independiente de su posición política" a garantizar el éxito de este pacto, "a que lo profundicemos, lo ampliemos". Lo que surja de esta experiencia, añadió, "no puede ser sino bueno para Venezuela". Según Rodríguez, el madurismo y la oposición han respondido al "clamor de lo que quiere el pueblo de Venezuela, que dejemos la politiquería de un lado, que dejemos la convocatoria a violencia, a incursiones mercenarias y trabajemos". Una vez que la pandemia quede atrás, añadió, "resolvemos los temas políticos, pero ahorita es el momento de trabajar de manera conjunta".

El ministro de Exteriores, Jorge Arreaza, le dio a su vez la "bienvenida" al entendimiento que se conoce pocos días después de que el Tribunal Supremo desautorizara la presidencia de Guaidó al frente de la Asamblea Nacional (AN) al considerar que se autoridad legítima es el diputado Luis Parra, al frente de un sector de la oposición dispuesto a entablar negociaciones con el Gobierno. El que parece quedar ahora en el aire es Parra a la nueva situación.