Las aerolíneas han elevado las medidas de seguridad pero consideran que será imposible distanciar a los pasajeros y reducir el número de pasajeros de los aviones en un tercio. La polémica desatada este fin de semana en un vuelo de Iberia entre Madrid y Gran Canaria ha evidenciado que las compañías aéreas son reacias a reducir la ocupación de los aviones, aunque se han elevado las medidas de limpieza. En la práctica, que haya un asiento de distancia entre pasajeros solo se está haciendo en vuelos con pocos viajeros, como antes de la pandemia.

El director ejecutivo de la aerolínea australiana Qantas, Alan Joyce, apostó este lunes por una excepción en las medidas de distancia de seguridad en trayectos domésticos, debido a la inviabilidad económica de las rutas y la falta de evidencia de contagios en los vuelos. "Incluso si se deja vacío el asiento del medio se tiene 60 centímetros de distancia. Las reglas indican que el distanciamiento físico debe ser de 1,5 metros. Si se aplica esto tendremos menos personas en los aviones y los precios serán muy altos", subrayó Joyce en una entrevista emitida este lunes por la cadena pública australiana de televisión ABC. La aerolínea KLM ha advertido de que la medida de dejar espacio entre pasajeros a partir de este lunes se aplicará solo siempre que el grado de ocupación de los aviones lo permita.

La opinión de Joyce refleja fielmente la posición de las aerolíneas mundiales, que dudan de la rentabilidad de los vuelos si el pasaje se reduce en una tercera parte. Los pasajeros del vuelo entre Madrid y Gran Canaria, todos ellos de viaje por motivos justificados o laborales, se quejaron este fin de semana de que la cabina iba casi al completo, sin dejar una butaca de separación entre viajeros. En el mismo vuelo, el comandande del avión aseguró que la normativa se cumplía y que cualquier pasajero podía abandonar la aeronave antes del despegue. La idea de las aerolíneas es que los riesgos de contagio en un avión serían los mismos con separación entre pasajeros o sin ella, y que influyen más las medidas de limpieza y autocontrol de los pasajeros que cualquier otro factor.

De acuerdo con Orden del Ministerio de Transporte (TMA/384/2020), el uso de mascarillas que cubran nariz y boca es obligario para todos los medios de transporte, incluyendo los aviones. Los pasajeros deben ir con su propia mascarilla pero será casi imposible que no tengan algún contacto físico con otras personas durante el viaje. En términos generales, las aerolíneas han reforzado la limpieza y desinfección de todas las instalaciones, aviones y equipos. Esas medidas de seguridad son muy evidentes antes de embarcar en los aviones, al reordenar las filas de facturación, embarque y de todos los puntos de atención al cliente en aeropuertos, con mamparas en los mostradores de facturación y atención al cliente y el uso de pasarelas para el embarque. En los aviones se ha reforzado la limpieza "tanto en frecuencia como con el uso de productos específicos indicados contra el covid-19, y con un tratamiento especial en superficies, aseos y espacios de las tripulaciones", explican en Iberia. En las cabinas de los vuelos de Iberia el aire se renueva cada 3 minutos. Los aviones de la aerolínea están equipados con filtros HEPA que eliminan virus y bacterias del aire recirculado con una eficiencia el 99,99%, aseguran. Paralelamente, para reducir el contacto entre personas se ha simplificado el servicio a bordo, y se ha suprimido la venta a bordo, revistas y catálogos. En vuelos de menos de cuatro horas, se ha eliminado el servicio de comidas y se han retirado mantas y almohadas.