En los municipios sin mar, lo de poder darse un baño refrescante este verano va a complicarse más que en las playas, donde ya se están aplicando las medidas sanitarias aconsejadas por las autoridades. Y es que, en los ayuntamientos de las localidades que cuentan con río se debaten entre la necesidad de atender a la legislación en materia de distancias de seguridad, impuestas como consecuencia de la crisis de la covid-19, y la complejidad de controlar el acceso a unos cauces que, en muchos casos, se dispersan a lo largo del sus términos municipales. Así, los hay que tienen clara la futura prohibición, como es el caso de Vila-real, y los que se van a limitar a desaconsejar el baño, como gran parte de los pueblos del Alt Millars.

El alcalde vila-realense, José Benlloch, no tiene dudas al respecto. Aunque es consciente de que el cierre de la piscina --salvo para deportistas y socios-- puede generar un aumento del público que optaría por el río, en especial en la pequeña playa existente en el Termet «somos partidarios de prohibir el baño porque no podemos garantizar las medidas de seguridad». Benlloch incide en que «nuestro río en condiciones normales no es un problema, pero en las actuales circunstancias hay que tomar decisiones excepcionales», en especial teniendo en cuenta que «existen estudios que apuntarían a que el virus podría ser más contagioso en los ríos, al no estar el agua clorada». A falta de informes concluyentes, la prevención es una prioridad. Para garantizar que la prohibición se cumple «la Policía Local rondará por la zona, informarán, harán pedagogía, pero si hace falta, también multarán».

CONSORCIO, NO COMPETENTE / Benlloch trasladó su postura al Consorci del Millars para consensuar una postura con Almassora y Burriana, pero un informe encargado por la entidad determinó que no era competente y que debía ser cada ayuntamiento el que dispusiera qué hacer, como detalló la actual presidenta y alcaldesa de Almasora, Merche Galí. Con todo, han contratado a una empresa de vigilancia para garantizar que en ningún punto se llegaran a producir aglomeraciones.

Galí entiende que el problema de Vila-real es distinto al de los otros dos municipios, «porque tenemos la alternativa de la playa». Aun así, aseguró que en Almassora van a impedir el baño «en varios puntos que en el informe que realizó el consorcio se definieron como más peligrosos», porque considera que «una prohibición general es muy compleja».

FALTA DE MEDIOS / En los pueblos del Alt Millars aunque el punto de partida del debate es el mismo --la necesidad de garantizar el cumplimiento de las medidas sanitarias de distanciamiento--, su preocupación tiene que ver con la falta de medios para abordar determinadas medidas.

Es el caso de Fanzara, cuya alcaldesa, Mari Luz Ortells, señaló que en un encuentro mantenido por munícipes de la zona sobre el tema, «muchos dijimos que no íbamos a prohibir el baño, porque no tenemos medios para garantizar que se cumpla». Es más, en cuestión de competencias indicó que debería ser la Conferencia Hidrográfica del Júcar la que asumiera esa responsabilidad.

Por otra parte, el Ayuntamiento de Soneja se encuentra entre los municipios que sin prohibir expresamente el acceso al río, en su caso el Palancia, han iniciado una campaña para persuadir a los vecinos de bañarse. Para ello, en las plataformas digitales del consistorio, han difundido un extracto de un informe realizado por el CSIC que alerta de que «en otros virus similares al SARS-CoV-2» se demuestra que «son temporalmente infecciosos en ambientes naturales de agua dulce».

33 Aunque se habla de probabilidades, el Ayuntamiento aboga por no recomendar el baño «hasta que exista una vacuna o medicamento para tratar la enfermedad».