Van a tomar las riendas de la desescalada. Y tienen bastante claro cómo hacerlo. Los 400 médicos de atención primaria de Castellón, que durante la pandemia actúan de muro de detección y contención de nuevos contagios, van a asumir a partir de ahora el reto de controlar el desconfinamiento y retomar las consultas retrasadas. El problema es que lo van a hacer con un déficit histórico de personal y también con una falta de medios tecnológicos.

La Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria (Svmfyc) ha enviado a la Conselleria de Sanidad un documento con las bases de lo que debería ser la atención primaria en los próximos seis meses. Y el sistema de atención al paciente no se parecerá en nada al que imperaba antes de la pandemia. «Esperamos coletazos o incluso una nueva oleada de contagiados de coronavirus y hay que estar preparados», explica la doctora Mª Ángeles Medina, presidenta de la Svmfyc, que aboga por que los centros de salud continúen trabajando en dos líneas separadas: una para atender a los pacientes con síntomas respiratorios y otra para el resto de patologías.

El plan diseñado por los médicos de atención primaria pasa por seguir potenciando las atenciones vía telefónica. De hecho, defienden que más del 80% de las visitas deben ser no presenciales. «La inmensa mayoría de las atenciones, sean de covid-19 o no, serán telefónicas. En las últimas semanas ya lo hemos hecho así y el resultado ha sido muy bueno», añade la doctora Medina, quien insiste en que, aunque se inicie la desescalada, los médicos de familia «van a seguir en estado de alarma, al pie del cañón».

Que la inmensa mayoría de las consultas se realicen vía telefónica, no significa que no habrá excepciones. «Si el médico estima que, para hacer el diagnóstico necesita ver al paciente, le citará a una consulta presencial», explica. Y esas citas también van a cambiar. Los especialistas en medicina familiar defienden la necesidad de que en la sala de espera de un centro de salud haya, como máximo, tres pacientes. «El enfermo deberá ser muy puntual para que en ningún caso se produzcan aglomeraciones en los ambulatorios y mantener en todo momento las distancias de seguridad».

AUTOGESTIÓN DE AGENDAS // Para que el plan funcione, los médicos de atención primaria defienden la necesidad de que cada uno pueda autogestionarse las agendas. «Nosotros, mejor que nadie, sabemos qué actuaciones son más prioritarias. Por eso es tan importante que podamos marcarnos las agendas», explica la presidenta de la Svmfyc.

Los especialistas proponen una revolución en la asistencia primaria y, para que ese cambio funcione, se necesitan muchos más medios, tanto materiales como humanos. «Lo primero es tener más líneas telefónicas en los centros de salud, que ahora son insuficientes y están siempre colapsadas», añade. Y también más profesionales. «Llevamos ocho años supliéndonos las vacaciones, asumiendo pacientes de los compañeros, y eso se tiene que acabar. Necesitamos, como mínimo, que se cubra el 100% de las plantillas», reivindica Medina.

LAS PLANTILLAS Y LOS RECORTES // El punto de partida de los centros de salud de Castellón cuando arrancó la pandemia estaba lejos de ser óptimo y la espera para ser atendido por un médico de familia podía llegar a superar la semana en muchos ambulatorios de la provincia. Una merma que no es nueva, aunque ha sido durante los últimos años cuando ha quedado más patente.

De hecho, y según un reciente estudio publicado por el sindicato CSIF, la sanidad pública en Castellón necesitaría contratar al menos otros 33 facultativos para cumplir la ratio de un médico de familia por cada 1.500 habitantes.