El coronavirus ha demostrado durante este tiempo que no conoce de fronteras en su avance a nivel global. Ahora bien, como se ha podido comprobar, su afección resulta completamente dispar entre los diferentes territorios, y así lo relata Paco Montañés, médico de Vila-real --aunque más conocido por su implicación en la práctica de la natación a nivel provincial--, durante su residencia en Noruega en plena pandemia.

El castellonense califica de "cierta normalidad" el momento que atraviesa el país nórdico, donde reside actualmente con su hijo. "Los lugares públicos y restaurantes están cerrados, pero la gente se desplaza como siempre", explica, "ha sido todo mucho más blando".

No obstante, Montañés alude al carácter de la sociedad de Noruega como uno de los motivos principales para ello. "Los noruegos son muy obedientes y mucho menos sociables que nosotros", señala. "Por ejemplo, incluso hay que avisar antes para entregar una nota al vecino, ya que no les gusta nada que molesten sin saberlo".

Aunque el carácter no es el único motivo. "Aquí son muy escépticos con su sistema sanitario. Noruega es un país muy extenso y comparada con la española tiene una mala atención primaria", argumenta el sanitario. "Son muy buenos los hospitales, pero solo hay tres", añade.

Él confiesa que afronta estos días con procupación, ya que el resto de su familia continúa en Castellón: "Lo ocurrido en España desde aquí se percibe de manera muy dramática. Desde el punto de vista profesional las noticias también preocupan, pero todos conocen del gran esfuerzo de los médicos".

Además, insiste en reconocer la labor de los sanitarios: "Todos, incluso aquí, conocen el gran trabajo que están haciendo los médicos españoles".

Mientras la 'nueva normalidad' se consolida, continúa gestionando desde allí la clínica que regenta en el municipio alicantino de Alfàs del Pi, enfocada principalmente a turistas extranjeros, a la que espera poder regresar próximamente, además de ver a su familia en un futuro cercano.