Las localidades del área de influencia del hospital de Vinaròs progresan adecuadamente en el reparto de notas del Gobierno, aunque con cierta sensación de aislamiento respecto al resto de la provincia y a puntos emisores de visitantes. El presidente de Ashotur, Carlos Escorihuela, comentó que en los casos de Vinaròs o Benicarló «se podrá notar un mayor movimiento desde los primeros días», aunque ponía el acento en los municipios que dependen más del turismo, cuyos locales de hostelería «dependen de la gente del resto de la provincia y la Comunitat».

Para Ana Rosa Roca, que tiene un bar en Benicarló, «es como empezar de nuevo, con la incertidumbre de que no sé cómo funcionará, pero con ilusión y esperanza». Su local está en pleno centro, y detalla la cantidad de acontecimientos culturales y festivos cancelados, que suponen para ella una oportunidad de hacer caja. «Menos mal que vamos de cara al verano y tengo terraza, pero no sé cómo responderá la gente y temo que no saquemos ni para cubrir los gastos», añade. La reapertura en este municipio no es generalizada, ya que hay bares con terrazas pequeñas y sin posibilidad de ampliar, por lo que sus responsables han optado por seguir cerrados hasta que el desconfinamiento les permita llegar a unos números aceptables. Informa María José Sánchez.

Morella es uno de los puntos que dependen de los visitantes foráneos. Al seguir las restricciones para la movilidad, tan solo hay cuatro bares que dan el paso de recuperar sus terrazas al 50% a partir de mañana. Como es el caso de La Nevera. Su responsable, José Moliner, ya realizó las tareas de limpieza, con el uso de productos desinfectantes indicados para evitar la expansión del coronavirus. En su caso, los preparativos sí han sido útiles, a diferencia del resto de Castellón, informa Javier Ortí.

ALOJAMIENTOS / Destinos con peso importante, como Peñíscola o Alcossebre, pasan mañana de fase, aunque su futuro depende de lo que ocurra en los mercados emisores de turistas. El director del Gran Hotel Peñíscola, Francisco Ribera, tiene previsto «reabrir con la fase 3, pero nos preocupa que Madrid o Barcelona no estén preparadas para que sus habitantes puedan desplazarse» cuando llegue el verano, con el consiguiente perjuicio en la ocupación. Mientras, se adaptan para vivir la campaña más difícil.