La primera sesión bursátil de la semana comienza con nerviosismo por la expansión del coronavirus. A pesar de que la Reserva Federal (Fed) bajó de nuevo por sorpresa ayer los tipos de interés hasta situarlos en cero y anunció la compra de activos por 700.000 millones de dólares, los índices apuntan a un nuevo descenso. Tampoco contribuye a la calma la acción concertada de bancos centrales para inyectar liquidez en los mercados.

En Asia, el Nikkei, de Tokio, se ha dejado más del 2%. El Ibex-35, que la semana pasada se dejó el 20,8%, ha comenzado con un descenso de más del 4%, hasta moverse en el entorno de los 6.300 puntos.

Los datos no invitan al optimismo. Un informe de Goldman Sachs habla de que la economía norteamericana puede caer un 5% en el segundo trimestre del año, entrando en una profunda recesión. Al igual que a nivel sanitario, por ahora no hay vacunas que sirvan para curar el pánico existente en las bolsas.

Las bolsas chinas también han reaccionado con caídas a la actuación de la Fed y se dejan un 3% de media. Además, en China se han publicado nuevos datos macro muy malos. La producción industrial de febrero cayó un -13,5% frente al -3% del consenso y después de subir un +6,9% en el mes previo. La inversión en activos fijos de febrero descendió un -24,5% frente al -2% estimado y después de un aumento del +5,4% previo.