Brasil sobrepasó este sábado las 10.000 muertes por coronavirus, una cifra que sitúa al país como sexto del mundo más afectado por la pandemia, a la que el presidente, Jair Bolsonaro, insiste en restar importancia con gestos considerados frívolos, como el paseo en moto acuática de este sábado.

El gigante sudamericano, de 210 millones de habitantes, alcanzó los 10.627 fallecidos tras sumar otros 730 diarios, en tanto que el número de infectados asciende ya a 155.939.

Mientras, el presidente brasileño se paseó en una moto acuática en un lago de Brasilia y se hizo fotos con algunos seguidores.

Brasil ya es el sexto país del mundo con más muertes, por detrás de Estados Unidos, Reino Unido, Italia, España y Francia, y ha superado la barrera de los 10.000 fallecidos menos de dos meses tras la confirmación del primer óbito por COVID-19, el 17 de marzo.

Los datos confirman la acelerada expansión de la pandemia: en tan solo 10 días las cifras se duplicaron en el país, que registraba el pasado 30 de abril 5.901 muertos.

Ante el escenario, el Congreso y la Suprema Corte han decretado luto oficial de tres días, en tanto que el mandatario brasileño todavía no se ha pronunciado oficialmente sobre la marca alcanzada.

'The Lancet' carga contra el presidente brasileño

Según la prestigiosa revista científica británica 'The Lancet', la mayor amenaza para la capacidad de Brasil de responder con éxito a la propagación del covid-19 "quizás sea su presidente, Jair Bolsonaro".

En un editorial, que volvió a ser publicado este sábado, 'The Lancet' señaló que el mandatario brasileño "no solo sigue sembrando la confusión al burlarse abiertamente" de las medidas de distanciamiento físico y cuarentenas adoptadas por los gobernadores y alcaldes, sino que también ha perdido a dos "importantes e influyentes" ministros en las últimas tres semanas.

Se tratan de Luiz Henrique Mandetta, como ministro de Sanidad, y del exjuez Sergio Moro, titular de Justicia, dos de los altos cargos más populares del Ejecutivo.

La publicación destacó un episodio que remonta al pasado 28 de abril, cuando Bolsonaro fue cuestionado por periodistas sobre las más de 5.000 muertes por coronavirus en aquel entonces y contestó: "Lamento, pero ¿qué quieren que haga?".

Para este sábado, el mismo día en que el país supera los 10.000 muertos, Bolsonaro tenía previsto la celebración de una barbacoa "para unos 30 invitados", según él mismo anunció durante la semana.

Ante el aluvión de críticas que recibió, el mandatario dio marcha atrás, canceló el evento y afirmó que la barbacoa era 'fake' (falsa) en sus redes sociales.

Sin embargo, según un vídeo publicado por medios locales, el presidente salió a darse un paseo en moto acuática en las cercanía de su residencia oficial y aprovechó para saludar y hacerse fotos con simpatizantes.

Crisis sanitaria, económica y política

Si por un lado el sistema hospitalario en muchos de los 27 estados brasileños está al borde del colapso, el Gobierno se vio sumido en una crisis política después de que Bolsonaro despidiera a su entonces ministro Mandetta, un defensor de las medidas de aislamiento social.

Pocos días después, el popular ministro Moro, exjuez de la operación anticorrupción Lava Jato, presentó su renuncia y, en un explosivo pronunciamiento, sugirió que Bolsonaro pretendía "interferir" en la Policía Federal, lo que obligó a la Fiscalía General a iniciar una investigación, bajo la tutela de la Suprema Corte.

En el escenario económico, la pandemia del coronavirus empieza hacerse sentir en la ya anémica economía brasileña, lo que llevó a que los economistas proyectaran una caída drástica en el Producto Interior Bruto (PIB) del país del 3,34 % este año.

Bolsonaro defiende la "vuelta a la normalidad"

Esta semana, el mandatario acudió a la sede del Supremo Tribunal, acompañado de influyentes empresarios y algunos ministros, para abogar por el retorno de la actividad económica, suspendida en todo el país por la covid-19.

En una reunión con el presidente de la máxima corte, José Antonio Dias Toffoli, el mandatario reiteró su opinión de que "algunos estados y municipios fueron muy lejos" con las medidas restrictivas, pese a que la comunidad científica estima que la pandemia aún no ha llegado a su pico.

Esta reunión de Bolsonaro y los empresarios con el Poder Judicial fue considerada por muchos como una manera de presión del Ejecutivo.

A pesar de los repetidos ataques y censuras de Bolsonaro al aislamiento, los gobernadores y alcaldes han endurecido las medidas restrictivas en todos los 27 estados del país debido a la acelerada expansión de la pandemia.

Cuarentenas

Sao Paulo y Río de Janeiro, dos de las regiones más azotadas por el coronavirus, han prorrogado sus cuarentenas hasta el 31 de mayo y los respectivos gobernadores, Joao Doria y Wilson Witzel, no descartan la posibilidad de un confinamiento total.

Asimismo, el llamado "lockdown" ya está vigente en el estado de Maranhao, en el nordeste de Brasil, y en 10 municipios del amazónico estado del Pará, mientras que diversas ciudades han anunciado su implementación a partir de la próxima semana, entre ellas Niteroi y Sao Gonçalo, en la región metropolitana de Río de Janeiro.