Los peores augurios se confirmaron la noche del lunes en la residencia de la tercera edad de Morella con al menos nueve mayores contagiados por conoravirus, tras el fallecimiento de una persona de avanzada edad el domingo, la primera en un geriátrico de la provincia. Además, varios trabajadores del centro de la localidad también han dado positivo de covid-19, a la espera de más resultados en pruebas ya realizadas.

Tal como ha podido saber Mediterráneo, los tests se llevaron a cabo entre los usuarios que manifestaron sintomatología después de la muerte de la residente, quien presentaba patologías previas. Por su parte, el marido permanece en régimen de aislamiento, situación que ahora comparten los nuevos infectados.

Por otro lado, la plantilla de empleados ha reforzado los turnos para cubrir los casos positivos, así como a las personas que están en cuarentena. Desde que se dieron a conocer los primeros afectados se activó el protocolo para reforzar las medias de seguridad y tratar de evitar más contagios. El personal trabaja separado por grupos para que no haya contacto entre ellos y evitar una mayor propagación.

Tareas de desinfección

La Unidad Militar de Emergencias volvió a actuar ayer en las instalaciones y los aledaños del recinto, por segundo día consecutivo. De hecho, también se desplegaron en geriátricos de Onda, Benicarló y Forcall. El alcalde de Morella, Rhamsés Ripollés, manifestó a primera hora, antes de conocerse el brote, que «los efectivos militares y la brigada municipal realizan trabajos de limpieza y desinfección en plazas y calles, priorizando las zonas comerciales y sedes sanitarias».

También por la mañana, la consellera de Sanidad, Ana Barceló, remarcó que intervendrían en este centro de mayores «en el momento en que veamos que la situación no es la deseable o que no lo hemos logrado frenar». Además, explicó que verificarán que se cumplen las medidas de prevención en todos los edificios para mayores de la Comunitat.

La residencia San Juan Bautista de la capital de Els Ports cuenta con 67 usuarios y 40 trabajadores. La gestión es mixta: el Consell financia los gastos y la congregación Hermanas de la Consolación se encarga de la dirección.