Ayer debía comenzar en los juzgados de Vinaròs el juicio por atropello mortal a la menor de 17 años Rocío Dil, arrollada en 2017 mientras esperaba al autobús en una parada de la antigua 340, a su paso por Benicarló. El conductor que la mató dio positivo en cocaína en un test realizado horas después y la Fiscalía pide para él cuatro años de cárcel.

La vista debía comenzar a las 9.00 horas y no fue hasta el martes por la tarde cuando las partes del caso recibieron la notificación de que la vista oral se suspendía 'sine die' a causa de la crisis del coronavirus.

«Vista la situación del estado de alarma y la suspensión generalizada de las actuaciones judiciales programadas y de los plazos procesales, hasta la fecha que concrete el Consejo General del Poder Judicial, se acuerda suspender el presente señalamiento», dice el magistrado en una escueta providencia a la que ha tenido acceso este periódico, en la que pide que la decisión se comunique a todas las personas citadas para el juicio.

Los afectados lamentan que, aunque todo parecía indicar desde hacía semanas que la vista acabaría por cancelarse, el juzgado espere hasta la tarde antes para notificarlo y ponen de manifiesto los problemas organizativos que ello conlleva.

El del atropello mortal de Benicarló se suma, así, a la larga lista de juicios que han tenido que posponerse por la pandemia del coronavirus. En total, en la provincia son más de 3.000, según estimaciones judiciales.

Como avanzara Mediterráneo, casos como el del homicidio de Casimiro Díaz --alias Boni-- en el Grau de Castelló por una venganza machista de su exyerno también han tenido que cancelarse --estaba previsto celebrarlo este mes con un jurado popular en la Audiencia--. En el punto de mira y tras la oleada de suspensiones están ya otros señalamientos de los próximos meses de junio y julio. La Audiencia tiene señalado otro juicio con jurado popular el próximo 6 de julio por un parricidio en Vinaròs.