Si hasta ahora los datos oficiales sobre el coronavirus era evidente que ofrecían sólo la punta del iceberg de expansión de la epidemia, dado que sólo incluyen a los contagiados y fallecidos a los que previamente se ha realizado un test para determinar que efectivamente se han contagiado, lo que ha dejado fuera a miles de fallecidos en residencias, este viernes la situación ha llegado al esperpento, con el Gobierno corrigiendo la serie histórica después de reconocer que se han producido “distorsiones” y achacar parte de la culpa a Cataluña, por haber informado hasta ahora por dos fuentes distintas, si bien no ha sido la única autonomía que ha ido por libre a la hora de comunicar los datos.

Así, el balance diario del Ministerio de Sanidad informa de que el número de fallecidos asciende a 19.478, lo que supone 348 decesos más respecto a la cifra comunicada el jueves (19.130 decesos). Si bien, el Gobierno anota como nuevos 585, lo que implica que los datos de los últimos días están mal. Y el absurdo va a más con la cifra de curados. El jueves había 74.797 y este viernes 72.963, es decir, en menos de 24 horas se han esfumado 1.834 personas de la estadística, pero el Ejecutivo contabiliza 3.502 nuevas altas.

Las difusas explicaciones

Ante este caos, el Gobierno ha dado dos tipos de difusas explicaciones. En primer lugar, ha señalado que Cataluña ha informado de sus casos por dos vías, a través de las autoridades de salud pública (sobre los casos diagnosticados en hospitales) y por las de nivel asistencial (los datos de las residencias fundamentalmente). El problema es que ambas fuentes han dejado de ser coincidentes en los dos últimos días, hasta tal punto que hoy, según ha reconocido el director del centro de emergencias sanitarias, Fernando Simón, representantes del Gobierno y del Govern han estado “discutiendo” hasta poco tiempo antes de la publicación de los datos, lo que ha retrasado su difusión.

Finalmente, Sanidad ha optado por consignar los datos de salud pública, que considera más fiables, corregir la serie y avisar de que en los próximos días “se procederá a la actualización de los datos previos”. Esta situación se produce después de que Cataluña, el pasado miércoles, decidiera agrupar en un solo cómputo los decesos ocurridos en hospitales, domicilios y residencias, aunque los fallecidos no hubieran sido diagnosticados con un test.

En cuanto al desfase en las altas, Simón ha reconocido que tienen dudas en torno a 5.000 casos y ha achacado las “discrepancias” a que la recuperación de las personas que están aisladas en sus casas “pueden tardar más en incorporarse a los datos”.

Los hospitalizados

A esto se suma que en las últimas semanas algunas autonomías, como la de Madrid, dejaron de comunicar los datos acumulados hasta la fecha de personas hospitalizadas y en uci y tan sólo informaban de las personas ingresadas en ese momento, lo que invalidó también este indicador.

Ante estos problemas, el Gobierno ha decidido dar un golpe metafórico encima de la mesa y este viernes a primera hora ha publicado una orden en el Boletín Oficial del Estado (BOE) en la que establece un nuevo procedimiento de remisión de datos, ante la evidencia de que el decreto publicado el 15 de marzo y por el que pedía a las comunidades datos epidemiológicos uniformes y únicos ha quedado en papel mojado.

La orden en el BOE

La nueva orden también viene motivada porque se ha doblado la capacidad diagnóstica y gracias a los test rápidos de anticuerpos se ha comenzado a detectar personas asintomáticas pero que se han infectado, aunque no se sabe cuándo. Así, la normativa exige a las autonomías que diferencien los resultados obtenidos por PCR, la prueba más fiable, y por test rápidos, así como cuáles son sintomáticos y cuáles no. En cuanto a los fallecidos, el Gobierno rechaza contabilizar a todos y pide que se comunique únicamente los diagnosticados con un test previo.

El ministro, Salvador Illa, ha alegado que ante la nueva fase de desescalado de la medidas “es imprescindible tener más datos” para llevar a cabo una “planificación ajustada” en función del resultado.