El lanzamiento de la precampaña de las elecciones gallegas ha dejado ver claramente los dos estilos políticos que conviven en el actual PP, esas dos almas que Pablo Casado dice que no existen. El líder de los conservadores ha viajado a Santiago de Compostela para acompañar al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en un mitin en una finca en las afueras de la ciudad. Subidos a un pequeño escenario, y con el público sentado en sillas separadas para evitar el contagio del coronavirus, ambos dirigentes han escenificado sus diferentes maneras de entender la política.

Primero ha tomado la palabra Feijóo, que se presenta a la reelección después de gobernar Galicia con tres mayorías absolutas. El político gallego aspira revalidarla el 12 julio y para ello quiere reconquistar a su electorado conservador y también al desencantado del PSOE. Si siempre ha mantenido un tono moderado, en precampaña y campaña, todavía más. Feijóo ha pedido a sus compañeros de filas que estaban entre el público que no se dejen llevar por "las provocaciones" y muestren "tolerancia con los pensamientos distintos". Respecto a su gestión en estos meses "negros" de pandemia y la relación con Pedro Sánchez, ha asegurado que su actitud en las Conferencias de Presidentes que el jefe del Ejecutivo ha convocado cada domingo estos tres últimos meses, él pensaba en cómo "ayudar" para que "España fuera mejor y saliera antes de la crisis".

Al poco ha subido Casado y, después de agradecer a Feijóo que se presente de nuevo en Galicia, ha vuelto a quejarse de que Sánchez no diga "la verdad" sobre el número de muertos que ha causado el covid-19. El presidente dle PP ha dicho que el Gobierno de coalición "no ha estado a la altura". "Ha descuidado la salud de los españoles, la prosperidad de los españoles y ahora me temo que está descuidando las recetas eficaces para salir de la crisis cuanto antes", se ha quejado.

Las iniciativas del PP

Ante la petición que le lanzó ayer Sánchez, que le instó a que le apoye en el reparto de las ayudas europeas y no exija que Bruselas ponga condiciones a España, Casado ha rechazado "lecciones de solidaridad europea" y ha insistido en su "mano tendida". Ha repetido cinco iniciativas en esta "nueva normalidad": crear una oficina nacional para víctimas del coronavirus, "una especie de Pacto de Toledo por la salud", hacer una comisión en el Senado para evaluar la atención social y a los mayores, impulsar un plan de choque económico y adaptar el marco jurídico para que declarar la alarma no sea la única vía de actuación en caso de rebrote.