Los ciudadanos de Castelló han recibido en las últimas horas una de las pocas buenas noticias que está deparando este estado de alarma provocado por la pandemia de coronavirus. Los contribuyentes de la capital de la Plana han visto como el Ayuntamiento ha soltado de manera notable la soga de los impuestos municipales que amenazaba la economía familiar de un buen número de vecinos afectados por la destrucción de empleo causada por la crisis sanitaria global.

Así, impuestos y tasas a las que habitualmente se debía hacer frente a partir de este mes de abril se han retrasado para no agravar aún más la complicada situación que atraviesan muchas familias. Un gesto de compromiso social llevada a cabo por el equipo de gobierno del consistorio castellonense —formado por PSPV-PSOE, Compromís y Podemos— pero que también había solicitado en varias ocasiones la oposición para intentar hacer más llevadera la crisis económica que se ha derivado de la sanitaria para trabajadores por cuanta propia y ajena o pequeños empresarios locales.

El impuesto más temido, por ser el de mayor cuantía para cualquier economía familiar media, el IBI (Bienes inmuebles) urbano, se mantiene vigente en esta primera parte del año, pero el límite para hacerle frente se va 42 días más allá del 20 de julio, que fue la fecha tope para evitar el recargo en el 2019. Otras de las tasas más comunes y generalizadas, como las que afectan a vehículos o vados, pasarán a cobrarse en el segundo periodo del 2020, con una fecha tope del 30 de noviembre.

LAS DOMICILIACIONES

El nuevo calendario fiscal de Castelló lo notarán especialmente aquellos que tengan domiciliados a través de entidades bancarias sus recibos, ya que afrontarán el pago de los mismos más de tres meses más tarde de lo que era habitual en circunstancias normales: en los impuestos a pagar en el primer periodo del año el Ayuntamiento pasará la orden de cobro el 31 de agosto en lugar del cercano 20 de mayo; las tasas correspondientes al segundo semestre llegarán a los bancos el 30 de noviembre en lugar del 20 de septiembre.

En lo que respecta a los pagos fraccionados a la carta, en la modalidad de ocho plazos mensuales para el IBI urbano y el impuesto de vehículos, el Ayuntamiento ha aplazado el correspondiente al mes de abril, por lo que los cobros se retomarán el próximo 15 de mayo y se prolongarán hasta el 15 de noviembre.

«Este nuevo calendario permite un mayor desahogo para las familias. Se trata de dar más facilidades a los contribuyentes, familias y pequeños empresarios», destacaba ayer la alcaldesa de la capital de la Plana. Amparo Marco reconocía que el equipo de gobierno y los técnicos del consistorio castellonense han planificado el nuevo calendario fiscal teniendo en cuenta especialmente la situación de pymes y autónomos, que en muchos casos han tenido que suspender de forma parcial o total su actividad.

Con los nuevos plazos marcados se espera facilitar la recuperación económica de estos sectores básicos en la reactivación de la economía y en la creación de empleo. «La intención a la hora de implantar este nuevo calendario fiscal es que así evitamos acumular carga fiscal en estos meses de emergencia sanitaria y social por el coronavirus», añadía el responsable del área de Hacienda del ayuntamiento de Castelló, David Donate, mientras que Ignasi Garcia, titular de Atención Ciudadana hacía hincapié en la obligación de que la administración facilite con medidas de este tipo que «todas y todos podamos cumplir con nuestras obligaciones».