Los hoteles de Castellón de las zonas más turísticas del litoral precipitarán su cierre a la primera semana de septiembre, o como tarde hasta el día 15, en la que ya se califica como «la temporada más corta de la historia», teniendo en cuenta que solo ha abierto una parte de la planta alojativa debido a la merma de reservas de vacaciones por el miedo al coronavirus.

Benicàssim, Peñíscola, Orpesa o Alcossebre han registrado datos positivos en sus alojamientos con la entrada en la segunda quincena de agosto, pero las reservas ya se han enfriado para esta última semana de mes y cara al próximo las perspectivas no son nada halagüeñas. El presidente de Altur-Hosbec en la provincia, Alexis de Pablo, apuntó que se espera un cierre anticipado: «Tenemos ganas de trabajar pero no existe suficiente demanda para continuar abiertos. Las reservas en septiembre son pocas».

Con todo, «según llegue el día y la última hora, se irá viendo, pero los hoteleros en general es la previsión que tienen: bajar la persiana antes, sobre todo en la costa, donde se irán precipitando los cierres. En la capital sí irá abriendo algún hotel más, su temporada es distinta. Y quizás el interior aguante un poco más».

CAMPAÑA COMPLICADA // Desde Ashotur, el vicepresidente ejecutivo, Luis Martí, afirmó contundente: «Si nada cambia, la temporada se acabará la primera semana de septiembre. Con estas restricciones --en alusión al plan de 21 días de Sanidad, que afecta sobre todo a hostelería y ocio nocturno-- y la evolución de la pandemia, dudo que los hoteles puedan alargar este año la temporada de verano».

En los últimos años, con registros históricos de ocupación en positivo, septiembre se consideraba temporada aún álgida para el sector turístico. Destinos como Peñíscola, que concentra 20.000 plazas hoteleras y lidera la provincia, contaban con alojamientos que prolongaban su actividad hasta el puente de octubre del Pilar o incluso al de principios de noviembre, por Halloween y Todos los Santos.

Todo ello gracias a las reservas de grupos, de asociaciones, entidades de la tercera edad y viajes subvencionados para mayores (Imserso estatal o Castellón Sénior provincial). Otro factor, en el caso de Peñíscola, tal y como resalta el presidente de los empresarios turísticos de la población Agretur, Francisco Javier Ribera, son las fiestas patronales, que contribuían a estimular las reservas en pleno septiembre. «Aquí en Peñíscola hay establecimientos que se plantean cerrar entre finales de agosto y el 6 de septiembre, y pondrán fin a la temporada», afirmó.

DIFICULTADES // Y es que dar servicio con un bajísimo nivel de demanda y manteniendo los precios económicos «será difícil», apuntó. En el ámbito local hay hoteles que, si se ven abocados a una despedida prematura del estío, derivarán las pocas reservas que tuvieran a otros alojamientos de la localidad, respetando precios, para no perjudicar a los turistas.