En Alemania residen más de 167.000 españoles, según el registro consular. Más de 44.000 viven en en el país desde hace al menos 40 años; 22.000 de ellos tienen más de 65 años. ¿Alguien se ha parado a pensar cómo están viviendo estos tiempos de pandemia esos inmigrantes pertenecientes al grupo de riesgo? Sí, y Cercanah es producto de esa reflexión.

Inspirada en la aplicación Frena la curva -creada en España al inicio de la crisis sanitaria- , Cercanah es una herramienta digital que pone en contacto a personas y entidades que ofrecen ayuda desinteresada, y a personas mayores de la comunidad inmigrante española e hispanoblante de Alemania que necesitan apoyo. El nombre es un juego lingüístico que combina la palabra en español 'cercana' y su traducción alemana 'nah'.

Su funcionamiento es sencillo: aquellas personas que quieran ayudar y aquellas que estén buscando apoyo pueden registrarse gratuitamente en la plataforma, que ofrece un mapa con los puntos en los que se encuentran los usuarios y que detalla lo que ofrecen o necesitan. La aplicación nace de la cooperación entre Volvemos, iniciativa creada en 2016 para facilitar el regreso a casa de migrantes españoles, y La Red, asociación fundada en 2014 para informar y asesorar a la inmigración española que llega a Alemania.

Incertidumbre añadida

“Es evidente que la situación de las personas que viven lejos de su país se vuelve ahora aún más difícil”, explica a El Periódico Cristina Faraco, fundadora de La Red. “Hay familias separadas, que no pueden viajar a España, y nos preocupa especialmente la soledad de las personas mayores”, dice Cristina, que asegura que su organización está recibiendo actualmente “más consultas que nunca” tanto a través de su web como de redes sociales.

En Alemania no rige un confinamiento general de la población, como en España o Italia. A pesar de ser uno de los países con un mayor número de casos confirmados de coronavirus, la cifra de muertos es mucho menor que en el sur de Europa y el sistema sanitario nunca ha estado cerca del colapso. Aun así, rigen restricciones de contacto social y en la actividad económica.

Los migrantes, ya sean recién llegados o residentes desde hace décadas, sufren una incertidumbre añadida en medio de la pandemia: entre ellos se hacen inevitables cuestiones como cuándo podrán regresar a su país y en qué condiciones (¿podrán volver a abrazar a sus familiares y a sus seres queridos mayores sin ponerlos en peligro?).

Foso intergeneracional

“A mí la tercera edad siempre me ha parecido una generación muy interesante. A ello ahora se suma que es el colectivo más vulnerable y también la gente que más sola está”, explica Eva García, una madrileña residente en Berlín que vive en Alemania desde hace casi dos décadas. Eva se registró en Cercanah en cuanto se enteró de la iniciativa: “Saber que la gente que ahora puedo ayudar habla mi idioma y pasó por un proceso de migración como el mío me parece muy interesante. Disfruto mucho hablando con los mayores”.

Cercanah también sirve, por tanto, para establecer vínculos sociales en un colectivo muy atomizado y en el que hay una gran brecha generacional entre los que llegaron en la década de los 60 y los que lo hicieron hace una década, al calor de la última recesión. “Sí que hay una desconexión generacional”, confirma Luziano González, presidente de la Asociación de cultura española Antonio Machado de Colonia. “Pero es normal, porque hay muy pocos muy puntos de contacto. Por eso creo que Cercanah tiene una vida más allá de esta pandemia”.