El bioquímico de Algemesí Vicent Pelechano dirige un equipo de investigación en el Science For Life Laboratory, el centro nacional sueco líder en el mundo en la investigación a gran escala, que ha rescatado una técnica rápida y económica para detectar el coronavirus con un kit que aplica un método similar al PCR -rastrea el material genético del virus para detectar si una persona ha sufrido la infección-, pero sin necesidad de contar con un equipo especializado en el análisis de la muestra. Pelechano explicó que se trata de un kit «complementario» que puede ser muy útil en países con muy pocos recursos o en situaciones en que se necesita realizar múltiples test y obtener los resultados con celeridad.

El científico valenciano detalló que, tras tomar una muestra nasal, «lo único que hace falta es un recipiente o una máquina que mantenga una temperatura constante a 65 º C. Se va enfriando poco a poco, pero es suficiente para que la reacción funcione. En cualquier sitio en que se pueda calentar agua se puede utilizar», comentó. El resultado se obtiene en poco más de 40 minutos y, según detalló, el coste de producción del kit «no llegaría a un euro, aunque estamos intentando que sea incluso más barato». Los ensayos realizados ofrecen un 90 % de fiabilidad, aunque el investigador señaló que se está trabajando «para mejorarlo porque depende mucho de la muestra. Si es limpia es fiable, pero si no es limpia no lo es tanto», comentó.

Vicent Pelechano, que también ejerce como profesor asociado en el instituto Karolinska, comentó que este kit ya se utilizó en China como un complemento del PCR y que el SciLifeLab ha publicado toda la información para que pueda ser fabricado en cualquier país.

Pelechano defendió que a nivel científico el kit se puede utilizar, si bien admitió que para su uso en el diagnóstico clínico se tiene que garantizar plenamente la fiabilidad y, en este caso, corresponde a Salud Pública tomar una decisión. Con todo, incidió en que el SciLifeLab trabaja para mejorar el producto desde diferentes perspectivas. «Cada país lo tiene que evaluar. En España podría ser útil, pero falta trabajo de campo. En Suecia, en unas semanas, tendremos más datos para iniciar una experiencia piloto», señaló, al tiempo que destacaba que se trata de «un esfuerzo internacional con mucha gente implicada, de mi grupo, pero también de otros investigadores que ya no están aquí». «Estamos trabajando con compañeros de otros países para evitar el proceso de purificar la muestra, que es algo más complicado, y espero que en un futuro no muy lejano podamos gastar un bastón de algodón para tomar una muestra en la boca».