Después de casi dos meses cerrados a cal y canto, los comerciantes pudieron subir este lunes la persiana para atender a los clientes más deseosos de poner en marcha la 'nueva normalidad' en España. Pero lo han hecho al ralentí. Solo han podido abrir los establecimientos de menos de 400 metros cuadrados, han tenido que hacerlo con cita previa y bajo unas estrictas medidas de seguridad y salud. La gran mayoría han preferido esperar, sobre todo en el textil y la hostelería, mientras las peluquerías fueron las protagonistas del día.

Según las estimaciones de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) ayer abrieron el 20% de las miles de tiendas de ropa, ferreterías, joyerías o mercerías que hay en España.

Los comerciantes se quejan de "ncertidumbre" y "desinformación" ante los protocolos de seguridad. Las normas se publicaron el domingo por la noche y los locales deben adaptarse, realizar labores de limpieza y desinfección de las instalaciones dos veces al día, así como en cada cambio de turno; disponer de geles hidroalcohólicos para trabajadores y clientes y proveer a los trabajadores de mascarillas y guantes. Además, dentro del local solo puede haber un cliente por cada trabajador y se debe de mantener una distancia de seguridad mínima de dos metros.

Las medidas se complican para el textil. Los probadores solo se pueden utilizar por una persona cada vez y se tienen que limpiar y desinfectar después de cada uso. «Todo esto requiere un coste material y humano no previsto que será gigantesco para unas ventas inferiores a lo que necesitamos», asegura Campos, que reclama adaptar los ertes a la actividad para que el comercio no se vea abocado «al cierre definitivo». Además, para las tiendas de ropa y calzado no es lo mismo «salir de compras que ir a comprar a tiro fijo», advierte.

Las peluquerías como avanzadilla

La cara positiva del día la protagonizaron peluquerías y barberías, con un 50% de los locales abiertos gracias a una avalancha de citas que incluso han provocado listas de espera en muchos salones. "Estamos muy contentos, aunque todo esto ha tenido una organización previa", explica el director de operaciones de Marco Aldani, Víctor García Serra. "Aunque el BOE no salió hasta el domingo, intuimos que sería necesario tener mascarillas EPIs y mantener el distanciamiento social, y nos preparamos", añade.

Cada vez que llega un cliente se inicia "una rutina" que va desde limpiar el felpudo hasta darle una mascarilla, si no tiene. "Y si llegan antes de tiempo, los clientes tienen que esperar en la calle", cuenta. El sector reconoce que la experiencia ha sido positiva pero la facturación caerá de forma irremediable, por lo que reclaman una flexibilización de los ertes y de los alquileres, pero también una bajada del IVA hasta el 10% --tienen un 21% desde hace ocho años— con el que podrían ahorrarse 451 millones de euros en 2020, cuando prevén unas pérdidas de 1.280 millones.

Los bares esperan a las terrazas

Quienes prácticamente no han abierto han sido bares y restaurantes. Según las cifras de ATA, solo un 3% de la hostelería ha abierto sus puertas. En su caso la regulación es más estricta: solo puede abrir para vender comida para llevar y en España la hostelería no está enfocada a esta tipología, según el secretario general de Hostelería de España, Emilio Gallego."Nos ha llegado alguna experiencia piloto pero muy poco". "El sector se prepara para abrir las terrazas, a la espera de confirmar los territorios que entran el lunes en la fase 1", afirma.