Si luchar contra el coronavirus en la calle es, cuanto menos, complejo, puede serlo todavía más entre los muros de una prisión. La falta de espacio y la gran cantidad de reclusos inmunodepresivos, entre otras cuestiones, pueden plantear problemas. En el caso de las dos cárceles de Castellón (con una población reclusa de casi 1.800 personas entre Albocàsser y la capital de la Plana), ningún interno se encuentra afectado por la enfermedad, según fuentes consultadas por este diario. Sin embargo, sí han dado positivo varios funcionarios de los dos centros penitenciarios, sin que hasta ahora haya trascendido la cifra exacta de afectados.

La infección de algunos trabajadores ha provocado que parte de la plantilla que había estado en contacto con ellos esté en cuarentena por precaución.

Desde el sindicato mayoritario Acaip inciden en que la sobreocupación de las prisiones y la dificultad para mantener la distancia debido a las condiciones arquitectónicas de las cárceles dificultan la gestión de la crisis sanitaria internacional.

Fuentes sindicales aseguran que existe falta de limpieza en los módulos y critican las carencias de material de protección. «Desde el comienzo de la epidemia las dos prisiones han visto cómo sus gestores no dotaban a los empleados de guantes, mascarillas, gel hidroalcohólico, etc. De hecho, en el centro de Albocàsser se dio una situación inaudita cuando, ante la demanda de mascarillas por parte del personal, estas se guardaron bajo llave con el pretexto de que los funcionarios se las pudiesen llevar a sus casas», señalan los trabajadores.

Asimismo, la organización sindical critica que en esa misma cárcel sean los funcionarios los que desinfectan los departamentos. En Castellón I inciden en que tampoco lo hacen los profesionales, sino una brigada de internos que diariamente se encarga de desinfectar con agua y lejía todas las áreas de la prisión.

FALTA DE HIGIENE

A la escasez de medios, dicen, también hay que sumar la falta de medidas higiénicas, pues los dos centros «acusan un claro déficit de personal de limpieza» y «los trabajos de saneamiento no se llevan a cabo de la forma que recomiendan las autoridades sanitarias». Desde Acaip señalan que el pasado 20 de marzo acudió a la cárcel --con unos 1.100 internos-- la Unidad Militar de Emergencias para desinfectar las instalaciones, pero mantienen que «solo actuó sobre tres zonas de la prisión que no representan ni el 10% de la superficie del centro penitenciario». En Castellón I la UME estuvo también este lunes y desinfectó la práctica totalidad de las instalaciones, tras cursar una petición el 26 de marzo el sindicato.

MÓDULOS VACÍOS PARA EL COVID-19

Aunque ninguno de los dos centros penitenciarios tiene positivos o casos sospechosos entre sus reos, cuentan con módulos vacíos por precaución, listos para albergar casos y garantizar el aislamiento, como marca el protocolo. En el caso de Albocàsser, por ejemplo, hay en estos momentos un ala con 36 celdas disponibles por si fuera preciso poner a los internos en cuarentena, aunque por el momento no ha sido necesaria su utilización.