Dicen que el día de tu boda es uno de los más felices. Los preparativos para el sí quiero pueden ser tan emocionantes, como agotadores, y las parejas planean durante meses e, incluso, años su gran día. Sin embargo, la crisis del coronavirus ha obligado a muchas parejas de la provincia a suspender un enlace que habían organizado con la mayor de las ilusiones. Ceremonia, banquete, invitaciones, viaje de novios, sesiones fotográficas...hay un sinfín de servicios que los contrayentes deben anular ahora o, en su defecto, guardar en el armario para el futuro, como en el caso de los vestidos y trajes.

Aplazada un año

Estefanía y Omar, dos jóvenes de Almassora, iban a casarse el próximo mes de julio en un complejo de Burriana, pero debido a la pandemia se han visto obligados a suspender su enlace. «En un principio, cuando se decretó el estado de alarma en marzo, pensábamos que la situación mejoraría en un par de meses y que podríamos mantener la boda en pie. Finalmente, en abril vimos que iba a ser insostenible », cuenta la novia, de 25 años. «Encontrar una nueva fecha no es fácil porque nos juntaremos las parejas que ya se casaban en próximos meses y los que no hemos tenido más remedio que cancelar. Por suerte, nos han encontrado un hueco y lo celebraremos el 10 de julio del 2021», explica a este diario Estefanía, un tanto decepcionada por haber visto sus planes truncados después de un año y medio de preparativos.

«Fue una decisión muy dura que ahora estamos comunicando a todos. Había gente que venía del extranjero y tenían billetes de avión ya comprados...pero lo primero es la salud», dice.

Dentro de 12 días

Dentro de tan solo 12 días debía celebrarse en una masía de Castelló el enlace que Elena y Diego habían preparado con emoción. «Las primeras señales de alarma nos llegaron cuando el coronavirus comenzó en Asia. Nuestro luna de miel íbamos a pasarla en Japón y Maldivas y ya empezamos a preocuparnos, pero no podíamos imaginar entonces que esto iba a ser a nivel mundial ni que iba a afectar de una forma tan radical», cuenta la novia, vecina del Grau. «Valoramos la opción de celebrarla a finales de agosto, pero al final la vamos a aplazar hasta el proximo año porque no queremos vernos sometidos a restricciones», explica Elena, quien dice ser muy consciente de que es una «afortunada» por tener salud y que todos los que la rodean tengan también.

«Me gustaría lanzar un mensaje de ánimo a todos los novios de Castellón y decirles que cuando nos casemos será todavía más especial y que se lo contaremos a nuestros nietos», apunta.

Paula y su novio Fran tenían prevista su boda para el 12 de septiembre. Tras 16 meses organizando el evento, todavía no saben si podrán mantener su fecha. Tienen sus trajes de boda, el fotógrafo contratado, el sitio de su boda reservado...la pareja se ha dado de plazo hasta julio para determinar, en función de la evolución de la crisis, si cancela o sigue adelante.

Positivismo ante las dudas

«Hagamos lo que hagamos, el viaje sí que hemos tomado la decisión de anularlo. Nos íbamos a Estados Unidos, pero allí están peor que nosotros», explica esta novia del Grau de Castelló, de 31 años. «Lo afrontamos con todo el positivimo y optimismo que podemos, pero con tristeza porque una boda supone una gran ilusión», explica.

Resignación es lo único que les queda a estas parejas y pensar que, como reza el dicho: lo bueno se hace esperar.