El stop masivostop para poner coto a los turistas está dando sus frutos en los municipios costeros de la provincia, que están inmersos en una Semana Santa de lo más insólita, en la que las medidas para proteger sus accesos para evitar llegadas masivas de visitantes a segundas residencias han permitido que las playas y los paseos marítimos estén vacíos, lejos de su aspecto habitual en estas fechas. Una Semana Santa en la que, aunque hace unos meses podría sonar a locura, lo fundamental es que las playas estén vacías.

Para garantizar que los ciudadanos cumplen con el confinamiento y la limitación de los desplazamientos a los estrictamente necesarios, la vigilancia de los viales continúa al alza, tanto por parte de la Policía Local como de la Guardia Civil. Buen ejemplo fue el amplio operativo de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia de la Guardia Civil de Castellón que estuvo supervisando ayer Benicàssim.

Benicàssim

Según indica la alcaldesa, Susana Marqués, desde que empezó el estado de alarma han realizado 541 puntos de control, de los cuales 121 se han hecho esta semana de Pascua. «Y se han efectuado no solo en los accesos de la localidad, sino también en las entradas de establecimientos, como los supermercados», apunta. En total, han interpuesto 55 denuncias solo en esta semana.

Imagen de la playa del Voramar, completamente vacía este sábado en Benicàssim.

La munícipe cree que las medidas extraordinarias tomadas para frenar al máximo a los turistas «sí han sido efectivas». Además, también revisan estos días los párkings de los apartamentos, comprobando que están semivacíos.

No obstante, algunos vecinos han manifestado a este periódico que sí han percibido que hay más casas habitadas en los bloques de la playa y las villas de las urbanizaciones, y que algunos han llegado esta semana, después de esquivar los controles policiales. Lo constatan también trabajadores de los supermercados del municipio, que, además de registrar un mayor número de clientes que han optado por llenar la nevera en la Semana Santa, también dicen haber visto caras nuevas.

Orpesa

Otro municipio que también registra un paisaje del todo inusual en Semana Santa es Orpesa, donde sus playas están desérticas, cuando, en condiciones normales, deberían rebosar de vida. A pesar de que los sitios más turísticos estén sin gente, la alcaldesa, María Jiménez, reconoce que sí han llegado «algunas» -«no muchas»- personas de otras localidades a ocupar segundas residencias. Un hecho «significativo» por el que asegura que el Ayuntamiento se mostrará «firme» y aplicará «medidas contundentes» contra quienes se desplacen hasta el municipio sin una causa justificada, «poniendo en peligro» la vida de los vecinos.

Las playas totalmente desiertas conforman el paisaje en Semana Santa en Orpesa.

Por ello, pide a los ciudadanos «que sean responsables». «La imagen que tenemos a día de hoy de las playas vacías es muy triste para todos, pero es este el aspecto que tienen que tener ahora mismo, ya que debemos permanecer en nuestros domicilios para poder acabar con esta crisis sanitaria lo más rápido posible y poder llenarlas cuanto antes», apunta.

Peñíscola

En Peñíscola, desde el consistorio ponen en valor la tarea diaria de la Policía Local y la Guardia Civil, cuyos efectivos han controlado en los últimos días a un total de 480 vehículos, identificado a 243 personas y realizado 84 denuncias. La percepción, aseguran, es que las medidas de control han sido del todo «efectivas» y, aunque creen que haya podido acceder a la población algún forastero, las acciones antituristas han sido «eficaces» porque las playas, paseos y otras zonas de la localidad que, por estas fechas, suelen estar repletas de gente, ahora están totalmente desiertas.

La crisis por el coronavirus ha dejado las playas de Peñíscola sin nada de vida estos días.

Además, las fuerzas de seguridad cuentan con la colaboración ciudadana. En un solo día, la Policía Local recibió seis avisos por parte de los vecinos que identificaron a personas de fuera.