Para comprender el grado de devastación de una catástrofe es necesario apagar la cámara vía satélite y bajar a observar las ruinas a ras de suelo. El shock laboral por el confinamiento general va más allá de las grandes ciudades y los sectores más intensivos en cuanto a empleo. No hay fibra del tejido económico castellonense que haya escapado al impacto de esta pandemia que lo ha parado prácticamente todo.

El virus ha arrasado la costa y ha llegado hasta el Castellón vacío. Según la información a la que ha tenido acceso Mediterráneo, apenas 32 localidades se han librado de la lacra de los expedientes de regulación de empleo, es decir, menos de un 25%. El dato demuestra el alcance y la amplitud de la crisis económica, que atraviesan todos los sectores y áreas geográficas. De ahí las medidas de urgencia, como el acuerdo firmado ayer mismo entre el Gobierno, los sindicatos y empresarios para prorrogar los ERTE hasta el próximo 30 de junio.

Con los datos recopilados hasta el 10 de mayo, de los 40.763 trabajadores que estaban afectados por esta pérdida temporal del empleo, la mayoría tiene su centro de trabajo en la capital. Pero a pesar de que aproximadamente uno de cada tres ERTE se han producido en Castelló, pocos pueblos de la provincia se escapan de este parón de la actividad.

En este sentido, sorprende que la población más pequeña de la provincia, Castell de Cabres, haya visto cómo una empresa presente un expediente de regulación de empleo, que afecta a tres trabajadores. Y es que el listado (gráfico superior) recoge las personas afectadas cuyo centro de trabajo se encuentra en un determinado municipio, sin necesidad de que estén empadronados allí.

UN MAZAZO PARA LA COSTA // Al frente de la lista y tras Castelló, se encuentran localidades como Vila-real (3.667), Onda (3.414) o l’Alcora (2.690). Se trata de municipios cuya actividad gira en torno a la industria cerámica y que tras el parón de la actividad se vieron abocados a una situación insólita. Además, empresas de localidades costeras como Benicarló (2.065), Benicàssim (1.011), Orpesa (845) o Peñíscola (783), entre otras, encontraron en el ERTE su única solución para la malograda época de vacaciones de Semana Santa. Y es que comercios, bares, hoteles y restaurantes que dependen directamente de los meses de Pascua y verano, sufrieron una caída repentina de sus ingresos, lo que les llevó a prescindir temporalmente su actividad comercial y de sus trabajadores.

Sin embargo, el ránking de profesionales de Castellón en situación de paro temporal arroja más de una sorpresa. Es el caso de l’Alcora que, con casi 2.700 personas desempleadas, ocupa el cuarto puesto en trabajadores afectados, pero el duodécimo en cuanto a número de empresas en esta situación (151), por detrás de Segorbe o Peñíscola, que ni tan siquiera llegan a los 1.000 trabajadores afectados por ERTE.