Hace poco más de un mes, el nombre que encabezaría la candidatura electoral de la CDU era una de las grandes cuestiones por resolver en el tablero político alemán. Tras el fracaso de Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK) en su intento por hacerse con las riendas de la democracia cristiana, la sucesión de Angela Merkel -que no se presentará a una cuarta reelección- volvía a ser la principal variable por despejar en la ecuación política de Alemania.

La crisis generada por la pandemia ha barrido todas esas discusiones de la agenda. La carrera por hacerse con la presidencia de la CDU, todavía en manos de AKK, ha quedado aplazada, así como la decisión sobre quién será el candidato democristiano a la cancillería. Los principales nombres, todos hombres, alcanzaron un pacto para frenar el debate público hasta que la situación se estabilizase.

La gestión de la crisis ha vuelto a poner en la primera línea política a Merkel -que llevaba meses intentando ceder protagonismo- y catapultado a la CDU a niveles de intención de voto previos a las últimas elecciones federales del 2017. Tras meses claramente por debajo del 30%, el conservadurismo alemán rozaría el 40% de los votos si los alemanes fueran hoy llamados a las urnas.

Después de 15 años en el poder, la cancillera vuelve a gozar de una enorme popularidad: según el último estudio demoscópico de la televisión pública ZDF, más de un 80% de los ciudadanos aprueban su gestión en un tiempo de una enorme presión política ante las incertidumbres generadas por "el mayor desafío que enfrenta Alemania desde la segunda guerra mundial", en palabras de la misma Merkel. Esa enorme popularidad podría convertirse, sin embargo, en un problema para la CDU si el partido no encuentra pronto un recambio convincente.

GANADORES Y PERDEDORES

Pese a la tregua política provocada por el coronavirus, el congreso de la CDU previsto para finales de este año y la cita electoral del 2021 hacen inevitable la búsqueda de los principales ganadores y perdedores políticos que está dejando la gestión de la pandemia.

Dos candidatos han cobrado especial relevancia las últimas semanas: el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, y el del Estado libre de Baviera, Markus Söder; ambos estados federados son los más afectados por el coronavirus, por lo que la gestión de la crisis sanitaria les ha otorgado especial relevancia. Mientras que Laschet ya ha presentado su candidatura oficial para presidir la CDU, Söder asegura que en sus planes no está presentarse a canciller. Ambos vienen protagonizando una carrera por el protagonismo estos últimos días, lo que hace crecer las sospechas de que la contienda política se ha reabierto en el seno democristiano.

PODERES EXCEPCIONALES

El joven Jens Spahn, que apoya oficialmente la candidatura de Laschet a presidir la CDU, es otro de los ganadores de esta crisis; como ministro federal de Sanidad ha recibido poderes excepcionales ante la crisis sanitaria. Friedrich Merz y Norbert Röttgen, los otros dos candidatos destacados a suceder a AKK al frente de la CDU, salen, por su parte, damnificados: ninguno de los dos ocupan actualmente cargos de responsabilidad, lo que los ha apartado de la primera línea política.

Merz, considerado el candidato rupturista y enemigo histórico de Merkel, ya está comenzando a ofrecer entrevistas a los medios. "Hay una creciente divergencia de opiniones en la política alemana sobre la dimensión de las restricciones", dijo Merz el pasado miércoles en una videoconferencia con corresponsales extranjeros. La tregua política por suceder a Merkel está tocando a su fin.