La presencia de público en los estadios de fútbol en el tramo final de la Liga, nunca antes del mes de julio, está en manos de Irene Lozano, presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD). Ella será la persona que tomará la "última decisión" sobre si se abren las puertas de los campos de fútbol de Primera y Segunda División en la fase final de desescalada en la lucha contra la pandemia del coronavirus. Así lo ha anunciado este martes el Gobierno tras la reunión del Consejo de Ministros. Pero una cosa está clara: habrá 'café' para todos o para ninguno ya que no se contempla en ningún caso abrir unos estadios y otros no, tal como pretende Javier Tebas, presidente de LaLiga.

De este modo, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha aprobado un Real Decreto en el que se establece las medidas correspondientes a la "prevención" de las ligas profesionales tanto de fútbol como de baloncesto. Y en el mismo ha quedado establecido que será el CSD el que diga si puede haber o no público, una vez se hayan efectuado las correspondientes consultas con las patronales del fútbol (LaLiga) y el baloncesto (Liga ACB), las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad.

Respuesta ministerial

Precisamente el responsable de la cartera sanitaria, Salvador Illa, ha sido la persona que ha anunciado el Real Decreto. "A mi juicio que sea el CSD el responsable de tomar esta decisión garantiza la equidad de las competiciones deportivas", ha indicado el ministro Illa. El Gobierno, de este modo, ha salido al paso de las declaraciones efectuadas por Javier Tebas el pasado domingo quien se declaró favorable a la presencia de los aficionados en los estadios de fútbol "donde se pueda" en función de la evolución del procesos de desescalada.

"Se tiene que jugar en las mismas condiciones. Será el CSD el que tomará una decisión al respecto conforme vaya evolucuionando la pandemia", añadió Illa. En este aspecto, el presidente Sánchez ya advirtió el domingo que no se podía jugar con público en unas ciudades y en otras no, como pretende Tebas y sí buscar, en cambio, una medida igualitaria para todos los clubs al margen de la localidad donde tengan el estadio. Esta idea de Sánchez también fue defendida por José Manuel Rodríguez Uribes, ministro de Cultura y Deporte, quien dijo el lunes por la noche en Onda Cero que no compartía "la reflexión de Tebas de jugar donde las gradas se puedan abrir al público porque se rompe el esquema de igualdad".

En cualquier caso, la apertura de las gradas no llegará hasta julio y afectaría a las seis últimas jornadas de este fin de Liga exprés. En el caso del Barça, de producirse la apertura de puertas, podría haber público en los partidos que el conjunto azulgrana disputará ante el Atlético (1 de julio), Espanyol (8 de julio) y Osasuna (15 de julio). El aforo permitido sería de unas 30.000 personas, un tercio de la capacidad que tiene el estadio azulgrana.

Quique Setién tampoco se mostró este martes favorable a la apertura de campos según la situación geográfica de los mismos. "No tiene sentido que un día juegues un partido con público y que al siguiente, en casa, lo hagas en un campo vacío. Te estas jugando lo mismo en los dos campos", advirtió el técnico azulgrana a Catalunya Ràdio.

De abrirse los campos al público uno de los principales afectados sería el Real Madrid y, de rebote, sus rivales. El estadio Santiago Bernabéu está vez sí está en obras y no puede acoger partidos por los que el conjunto de Zinedine Zidane, con la idea inicial de disputar a puerta cerrada el tramo exprés final de la Liga, decidió jugar los encuentros en el estadio Alfredo di Stéfano de Valdebebas, que tiene una capacidad de 6.000 espectadores, por lo que solo 1.800 seguidores blancos podrían animar a su equipo. E, igualmente, no sería lo mismo la presión hacia sus rivales de enfrentarse al Madrid con un tercio de aficionados en el Di Stéfano que ante 20.000 personas en el Bernabéu, con lo que, de hecho, la competición se vería afectada.