Guillermo Fouce (1973, Madrid), como presidente de la Fundación Psicología sin Fronteras, profesor universitario y vocal de Colegio de la Psicología de Madrid, se afana estos días en elaborar guías y ayudar a los españoles a sobrellevar mejor el revés del confinamiento y la epidemia. En esta entrevista resume alguno de sus consejos y vaticinios para las próximas semanas.

-En estas terribles circunstancias, es normal sentir miedo a contagiarse y ansiedad por la situación. Pero, ¿hasta qué punto?

-Es una situación desconocida pero sí sabemos algunas pautas, como por ejemplo que es importante, para prevenir posibles malas consecuencias, establecer rutinas, no obsesionarse con las noticias, usar el humor, mantener los contactos, etc. Sabemos que el miedo, que es una respuesta natural, puede ser un problema cuando se tienen miedos infundados o durante mucho tiempo y cuando no se tiene un plan de respuesta o acción. En cuanto al estrés, que es lógico porque la situación es un cambio completo en nuestras vidas, todo depende de que no desborde nuestras capacidades y también de cómo evaluemos la situación, lo que nos lleva al punto 1, la necesidad de desarrollar un plan de respuesta eficaz.

-¿Qué aconseja entonces a los españoles para reducir ese miedo y ansiedad?

-Desde el Colegio Oficial de la Psicología hemos hecho una guía, que creo que lo explica muy bien, pero en resumen hay que encontrarle sentido al miedo y la ansiedad, no obsesionarse ni creerse bulos, solo consumir información de fuentes oficiales y verificada, usar el humor, tener rutinas, no aislarse y mantener el contacto con los otros.

-¿Y para sobrellevar el teletrabajo con el cuidado de los niños?

-Pues organizándoles y organizándose, por ejemplo poniendo horarios, es verdad que no es lo mismo los niños pequeños que más mayores o más autónomos, pero igual hay que mantener rutinas, levantarse pronto, ponerles un horario, respetar el horario de trabajo y de ocio… También es importante explicarle a los niños lo que está ocurriendo es su lenguaje, implicándoles en la respuesta.

-En el lado contrario, están todos aquellos que están solos, ¿qué sugiere para estas personas?

-Que se detecte la situación lo antes posible y se intervenga sobre ella estableciendo redes y vínculos. Aunque siempre hay que señalar que no es lo mismo la soledad deseada que no deseada y no es lo mismo estar rodeado de mucha gente que no tener buenas relaciones…. Hay que intentar que las personas en soledad no deseada no se aíslen y no pierdan los vínculos y montar actividades de conexión online o telemáticas con ellos.

-Y, en la parte más difícil de la situación, se encuentran los enfermos. ¿Cómo puede afectar psicológicamente a una persona ver que no mejora y que necesita de cuidados hospitalarios?

-La incertidumbre es, quizá, el peor de los miedos, porque no nos permite tener un plan de respuesta o de acción y porque genera indefensión así que hay que intentar combatirla encontrándole un sentido a lo que ocurre y los médicos deben procurar transmitir una información clara y sencilla, comprensible para el paciente. La situación es muy complicada y se dan muchos parámetros que la complican: el aislamiento en casos leves, la mala evolución de la enfermedad si te afecta gravemente, el desconocimiento de la misma, la imposibilidad de hablar con tus seres queridos, la desinformación, etc.

-¿Y cómo afecta a las familias no poder estar con ellos?

-Es una situación muy complicada. Cuando ves a un enfermo, aunque este muy grave, te haces a la idea de cómo está y lo asumes. Además puedes consultar su expediente sanitario y tienes contacto con los médicos pero en esta situación todo cambia.

-¿Y perder a un ser querido y ni siquiera poder despedirse en un velatorio o entierro?, ¿qué provoca?

-No poder dar el último adiós puede llevar a problemas de negación y a complicar el duelo, por eso hay que desarrollar intervenciones especiales en estas circunstancias, como por ejemplo hacer una carta con las cosas que hubieras querido decirle a la persona fallecida, para no dejar además asuntos pendientes o, ya que no hay velatorios presenciales, se puede organizar algo parecido por las redes sociales.

-Por otro lado, las medidas de confinamiento son difíciles y no se sabe si ampliará el decreto de alarma. ¿Cree que a medida que pasen los días habrá más incumplimientos?

-Sí, sin duda porque habrá más desesperación y la gente intentará crear excusas o pretextos para salir de casa.

-¿Prevé que una vez superado todo esto aumenten los casos de depresión, ansiedad y otros problemas mentales?

-No lo sabemos. En las crisis aumentan las respuestas de solidaridad y la resiliencia, pero es posible que también aumenten estos factores. Todo dependerá de las circunstancias de cada uno, porque no será lo mismo salir con o sin trabajo, con o sin un familiar fallecido o estando o no enfermo.

-¿Y cambiará nuestros hábitos de vida, nuestra manera de relacionarnos con los otros?

-Bastante, porque ya los está cambiando y nada será igual.