El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, fue el primero en anunciar su ausencia de la cumbre de jefes de estado y de gobierno de la UE de esta semana en Bruselas tras haber estado en contacto con una persona positiva por covid-19. Desde entonces, otros dos dirigentes europeos han tenido que abandonar la reunión por el mismo motivo cuando ya estaban dentro de la sede del Consejo Europeo: la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, nada más arrancar la cita este pasado jueves, y este viernes la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin.

He abandonado el Consejo Europeo como medida de precaución y le he pedido al primer ministro sueco, Stefan Löfven que represente a Finlandia en el final de la reunión, ha informado a través de las redes sociales nada más conocer que este pasado miércoles estuvo en contacto, aunque con distancia y mascarilla, con un diputado de su partido, Tom Packalén, que ha dado positivo. Se da la circunstancia de que Marin fue precisamente quien planteó ayer al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, la necesidad de considerar con cuidado la celebración de cumbre presenciales debido al aumento de los casos de coronavirus en todo el continente.

Marin contó con el apoyo de su homóloga danesa, Mette Frederiksen, aunque otros dirigentes europeos como la alemana Angela Merkel, el español Pedro Sánchez, el luxemburgués Xavier Bettel o el portugués Antonio Costa recordaron las ventajas de celebrar encuentros en persona frente a las videoconferencias en las que por el formato es más difícil negociar y hablar sobre cuestiones controvertidas como pueden ser el brexit. Hay que adaptarse a la situación y en cada cumbre consultaremos con las delegaciones, prometió anoche Michel que en función de las consultas previas y las cuestiones en la agenda decidirá el tipo de encuentro de cara a futuras reuniones.

MEDIDAS DE SEGURIDAD ESTRICTAS

La cumbre de esta semana es la tercera reunión presencial que celebran los jefes de estado y de gobierno desde que retomarán el contacto físico en julio pasado bajo estrictas medidas de seguridad para garantizar la distancia social y minimizar riesgos. Por ello, todas las delegaciones han sido reducidas significativamente, los periodistas no tienen acceso al edificio del Consejo como si ocurre habitualmente- y solo pueden entrar el personal necesario para realizar tareas esenciales, han explicado fuentes europeas que recuerdan que las mascarillas son obligatorias en todas las zonas públicas cuando no se pueda respetar la distancia de metro y medio, hay gel desinfectante en todas las salas y solo se admiten dos personas máximo por ascensor.

A expensas de futuras citas, quien sí ha decidido suspender el pleno físico del Parlamento Europeo es su presidente, David Sassoli. La sesión plenaria debía celebrarse la próxima semana en Estrasburgo pero finalmente no tendrá lugar ni en la capital alsaciana ni tampoco en Bruselas. Dada la evolución de la pandemia en Francia y Bélgica, el italiano considera que el desplazamiento es muy peligroso y que sería arriesgado el traslado a cualquiera de las dos ciudadanos por lo que tendrá lugar virtualmente.

En las últimas semanas otros comisarios han seguido el mismo camino de autoaislamiento de la presidenta von der Leyen. Es el caso del alto representante para la política exterior de la UE, Josep Borrell, que al igual que Morawiecki no pudo acudir físicamente a la cumbre por estár en cuarentena tras haber tenido contacto con una persona positiva durante su viaje a Etiopía la semana pasada. También está en cuarentena el comisario Janez Lenarcic, que viajó con Borrell al país africano.