Desvirtuado, pero no falto de sentimiento. Almassora honró este viernes a su patrona en uno de los días de Santa Quitèria más atípicos que se recuerdan por culpa de la alerta sanitaria, en el que el coronavirus obligó a celebrar la siempre multitudinaria misa de forma íntima en la parroquia de la Natividad. Después, aunque el covid-19 no ha permitido este año repartir a arroz a todos los vecinos, como contrapartida sí hubo calderes.

Santa Quitèria lució repleta de flores, con el párroco Juan Ángel Tapiador oficiando la ceremonia.

De hecho, este viernes, laborable en la localidad por el cambio del festivo al jueves 8 de octubre, comenzó con la rutina de un viernes más. De esta forma, la plaza de España acogió el mercado ambulante, y los negocios y las empresas abrieron sus puertas, dentro de las restricciones del estado de alarma, como si se tratara de una jornada más. Solo la iglesia demostró que ayer no era un día cualquiera, en un templo en el que, con un aforo reducido a un tercio de su capacidad habitual, el párroco, Juan Ángel Tapiador, se encargó de oficiar la ceremonia ante dos representantes municipales de cada partido político y una delegación de los portadores de Santa Quitèria, la Junta de Damas de Santa Quitèria y Virgen del Rosario y las cofradías de Almassora.

Obviamente no faltaron las restricciones y la parroquia acogió a los fieles con las medidas de seguridad oportunas: bancos precintados para limitar el aforo y distancia entre los asistentes, que tuvieron que asistir con mascarilla.

Preparan 243 platos

Al finalizar, el consistorio realizó el reparto de arroz de les calderes. Se trata de un gesto de las Concejalías de Fiestas y Servicios Sociales para quienes están atravesando la pandemia en soledad o internados en alguno de estos centros. En total, 243 platos para quienes habitualmente reciben el servicio de comida en casa o cuentan con el apoyo de Cruz Roja y Servicios Sociales para garantizar su bienestar en el día a día.

Fotos del reparto de calderes en la residencia municipal de la tercera edad:

Fotos del reparto de calderes en la residencia Santa María Rosa Molas: