Desde este jueves y por decreto del Gobierno, es obligatorio el uso de las mascarillas cuando no se pueda mantener una distancia de seguridad de dos metros, lo que va a suponer un quebradero de cabeza para muchas familias y empresas en términos de costes y aprovisionamiento. Aunque son muchos los trabajadores y ciudadanos que a diario ya las utilizan, extender a toda la población la obligatoriedad supone un cambio cualitativo y cuantitativo.

Según el decreto publicado por el BOE «el uso de la mascarilla será obligatorio en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público, siempre que no sea posible mantener una distancia de seguridad interpersonal de al menos dos metros». Se recomiendan tanto las quirúrgicas como las higiénicas, que son las que se prescriben para enfermos y población en general.

La obligación, y ahí viene la gran novedad, interpela a toda la población en personas de seis años en adelante. ¿Qué significa eso? En el conjunto de España serán más de 44,6 millones de personas las que tienen que estar aprovisionadas para, como mínimo, llevarla encima cada vez que salgan a la calle. En la Comunitat son 4,73 millones, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). En Castellón se superan los 545.000, lo que significa prácticamente el 95% de la población.

Las magnitudes van a poner a prueba no solo las economías domésticas (más de 30 euros al mes por familia media), sino también la capacidad de suministro de los importadores y productores que trabajan en España.

VIDA ÚTIL / Atendiendo a la obligación de desecharlas cada pocas horas, las necesidades solo en la provincia superarían el millón de unidades (9 en la Comunitat), a razón de dos al día. Las higiénicas y quirúrgicas (las más recomendables) tienen una vida útil de entre cuatro y ocho horas. Las hay reutilizables, más caras.

El contrato más grande firmado por la Generalitat para nutrir de mascarillas a la sanidad autonómica es uno firmado por una multinacional sueca para 15 millones de unidades. Este paquete apenas cubriría tres días las necesidades de la población valenciana y eso siempre que cada ciudadano usara únicamente una al día. Con los 20,7 millones de mascarillas importadas de China en aviones, menos de una semana.

De hecho, la propia industria valenciana, pese a no estar especializada en el material sanitario, ha producido en masa y a precios competitivos. Por ejemplo, dos empresas dedicadas a productos ortopédicos (EMO y Orliman) han firmado dos contratos para suministrar ocho millones cada una a la Generalitat a 50 céntimos.

Menos traumática será la nueva realidad con mascarilla en las empresas. Grandes industrias, almacenes, oficinas... La mayoría de sectores ha regresado al trabajo las últimas semanas con estrictos protocolos sanitarios que incluyen esta barrera. Según la EPA, la Comunitat tiene 2,074 millones de trabajadores (más de 240.000 en Castellón). A un ritmo de tres al día, precisarían seis millones de mascarillas. Obviamente, existen muchos matices: los 406.000 afectados por ERTE (más de 40.000 en Castellón), los miles de autónomos que trabajan solos, el 34% que teletrabaja...

Las compañías, con todo, ya tienen engrasados sus canales de suministro. «No creo creo que afecte tanto a las empresas como a nivel ciudadano», explican desde la patronal autonómica CEV. Algunas han recurrido a los importadores que están trabajando para la Generalitat hasta que la situación se normalice, otras han creado centrales de compra, apuntan desde la patronal. También en el ámbito del comercio se han desplegado iniciativas para hacerlas llegar a los autónomos.