Alcanzar la fase 3 a partir del próximo lunes y posibilitar la libertad de movimientos entre toda la Comunitat. Estas son las perspectivas apuntadas por el president de la Generalitat, Ximo Puig, tras el encuentro semanal de los responsables autonómicos con el jefe del Ejecutivo central, Pedro Sánchez. Será hoy mismo cuando la Conselleria de Sanidad entregue la documentación para dar el último paso en la desescalada desde el día 15, «sin correr más de lo que se debe, y dando una imagen de seguridad, rigor y máxima prudencia», expresó. Con la fase 3 las comunidades aumentan su poder de decisión, por lo que una de las actuaciones a implantar es la consideración de la Comunitat como un espacio único, que permita la libertad de movimientos entre las tres provincias.

Además, quiere plantear «la idea de que se pueda abrir a otras comunidades que están en la misma situación epidemiológica». En el caso de Castellón, permitiría la llegada de personas de Cataluña o Aragón, tanto propietarios de segundas residencias como aquellos que hacer turismo.

El jefe del Consell anunció que los criterios de reparto del fondo de 16.000 millones destinado por el Gobierno beneficia a las peticiones del Consell, al atender el criterio poblacional. «Lo valoramos de forma positiva, después de todas las peticiones y negociaciones de la Conselleria de Hacienda con el Ministerio, y porque creemos que es justo». Está previsto que en julio llegue el primer tramo, destinado a hacer frente a las inversiones en materia sanitaria.

Puig mencionó que la cantidad exacta a percibir dependerá de los acuerdos previos a la votación en el Congreso de los Diputados, pero que la valenciana «será la segunda autonomía más beneficiada», tras Andalucía, al contar con una mejora de retribuciones que oscila entre el 7 y el 10%.

Pese a todo esto, para el jefe del Consell «la reforma de la financiación autonómica es inaplazable y nos va el futuro en ello», y mantiene la reivindicación, «firme y constante, de los recursos que nos corresponden».

MEDIDAS PARA ACTIVAR LA CERÁMICA / Tal y como anunció el jueves en el transcurso del webinar organizado por Mediterráneo, Ximo Puig expuso ante Pedro Sánchez una serie de actuaciones planteadas para sostener el tejido industrial de la Comunitat, con especial atención a la cerámica. «Un sector que ha sufrido un 50% de pérdida de la facturación, para el que se necesita flexibilizar las condiciones de los ERTE más allá del 30 de junio, y que necesita incentivos», expuso.

Entre ellos, las medidas para la rehabilitación. «Adaptar nuestro plan Renhata de reformas a nivel estatal», para que la construcción y la adquisición de productos como los azulejos «sean decisivos en el empleo», dijo. Estas ideas forman parte del paquete de propuestas lanzadas desde la patronal azulejera, Ascer, para hacer frente a las dificultades derivadas de la crisis causada por el coronavirus. Justo la semana pasada se dieron a conocer los datos del índice de producción industrial de abril, con una caída del 56,5% de la producción, el peor dato desde que existen registros.

Por otro lado, Puig hizo mención a las dificultades que tienen los profesionales del clúster azulejero para viajar al exterior, al no existir todavía un protocolo europeo unitario ni fechas claras para la reapertura del espacio aéreo. Incidió en que no se puede «vender si los comerciales no viajan a países», y por eso es necesario «un espacio Schengen sanitario, un elemento clave para el desarrollo, con capacidad para volver a mercados internacionales», más allá de la actividad turística, «con condiciones de seguridad y unas normas únicas para todos». Dentro de la industria, también solicitó ayudas para incentivar la venta de automóviles, con el fin añadido de eliminar los coches más contaminantes.