Abrir la persiana de una tienda es un acto que refleja el dinamismo de cualquier localidad. Durante dos meses, los comercios tuvieron que quedarse cerrados --con la excepción de las actividades esenciales-- y la vida en las calles no empezó a recuperar el pulso hasta el arranque de la desescalada. Según los datos más recientes del Servicio Estatal de Empleo, SEPE, más de 21.000 personas viven de este sector en la provincia y la mayoría de ellas, especialmente los autónomos, ya han vuelto a la carga, tanto en lo referente a los establecimientos de pequeño formato como en grandes superficies.

El presidente de Confecomerç Castelló, Juan Rodolfo Adsuara, detalló que la práctica totalidad «ya han regresado, con un resultado muy bueno, aunque tras el impulso de los primeros días se ha notado cierta estabilización». Desde la patronal de grandes superficies en la Comunitat, Anged, su portavoz, Joaquín Cerveró, mencionó que cadenas de distribución y centros comerciales «están en plena actividad y la gran mayoría de personal, fuera de los ERTE, más de 2.000 personas».

Las fuentes consultadas inciden en la evolución positiva, acrecentada por el hecho de que la Comunitat ya cuenta con un aforo para estos negocios del 75% de su capacidad, gracias al decreto autonómico aprobado la semana pasada. Pese a todo, hay un elemento que sigue pendiente, como es la llegada de turistas. Borja Monzó, desde el departamento de comunicación de El Corte Inglés, detalló que están «a la espera de la movilidad dentro del territorio nacional, lo que aportará visitas de turistas», algo que también destacaron desde Anged.

EVOLUCIÓN / Ya hay indicadores que señalan la evolución del gasto en las fechas previas a la nueva normalidad. Según la herramienta Pulso del Banco Sabadell, que analiza las transacciones en el comercio, la provincia de Castellón alcanzó en la última semana un 88% del volumen registrado en el mismo periodo del año anterior. Un fenómeno que se observa especialmente en las ciudades de mayor tamaño, mientras que los destinos turísticos siguen todavía en cotas muy bajas, ya que buena parte de la facturación de sus tiendas depende de los ocupantes de alojamientos y segundas residencias. Algo que comenzará a partir de este lunes.

El factor del turismo tiene que ver con una de las reivindicaciones del responsable provincial de Confecomerç, quien advierte de un rebrote en puntos como Castelló o Almassora, «donde muchos habitantes pasan a ocupar sus casas de verano, por lo que se antoja un periodo complicado».