"No voy con la libertad de antes a cuidar de mi huerto. Si fuera agricultor profesional, podría ir cada día sin miedo a sanciones». Así refleja un propietario de una pequeña parcela en la provincia de Castellón la situación de muchos, que hacen malabarismos para poder compaginar el obligado confinamiento por el coronavirus con la mínima atención a su cultivo para que no se pierda la cosecha. Intentan ir lo mínimo y llevan encima el DNI y algún documento que pruebe la titularidad del huerto, como el recibo de rústica, por si se topan con un control de la Guardia Civil o en ocasiones de la Policía Local, que ya han dado, en ciertos casos, más de un aviso.

Castellón es tierra de minifundios, de cítricos y hortalizas, y hay quien ve una oportunidad de autoabastecerse de alimentos y ahorrar unos euros en el supermercado. Pero no todos pueden permitirse pagar por la poda y pago de fertilizantes a terceros.

Las fuerzas de seguridad patrullan por los términos municipales para comprobar que los desplazamientos en coche son justificados y, desde el inicio a ahora, parece haber cierta permisividad acreditando la necesidad de ir a esa pequeña parcela. Está justificado ir a alimentar animales, pero nunca ir de recreo a la alquería o si el campo está en la segunda residencia. Desde Subdelegación del Gobierno en Castellón carecen de estadística de sanciones por motivos agrícolas, pero solo prevalece la fuerza mayor.

LOS TESTIMONIOS

En Almassora."Voy a revisar el riego y sulfatar"

«Tengo un huerto, pero me dedico profesionalmente a otro sector. Otros años aprovechaba las vacaciones de Semana Santa para ir a diario. Pero este no. Apenas he acudido para mantenimiento mínimo, sulfatar la hierba. He aprovechado para revisar las gomas del riego por goteo y que no las roa los conejos, pues los hay y buscan el agua. Si se diera el caso de una fuga importante, el sindicato nos avisaría».

En Burriana. "Me llevé una bolsa de naranjas"

«No había ido al huerto en todo el confinamiento, pero tenía que ir preciso para revisar un trabajo antes de pagarlo. Habían pulverizado y podado los naranjos para mantenimiento de los terrenos y quería ver si estaba todo correcto. Fui a echar un vistazo y de paso me llevé una bolsa de naranjas. Así, no las compro en el supermercado. Y tampoco se echan a perder colgadas en el árbol. Quedan pocas».