Hace tan solo un mes, el coronavirus era visto como un problema lejano, con unas incidencias muy limitadas en la economía de Castellón. Ahora, la crisis sanitaria alcanza a casi todos los sectores y provoca un panorama sin precedentes. Buena parte de empresas ponen el contador a cero, y ruegan que la tormenta pase tan pronto como vino.

Turismo: los primeros en cerrar sus puertas

Los ciclos económicos no entienden de reglas. Si hace una década los establecimientos hoteleros y la restauración aguantaron el tipo ante la crisis, ahora son los primeros en sufrir los daños del covid-19. Primero le tocó a las agencias de viajes, ante la cancelación de visitas a Asia e Italia. Los alojamientos que abren temporada con el Imserso vieron cómo se quedaban sin clientes de la noche a la mañana ante las primeras medidas de prevención. Ya antes, Castelló y las localidades falleras se quedaron sin Magdalena y fiestas josefinas. La presidenta de la Cámara de Comercio de Castellón, María Dolores Guillamón, destacó que solo el aplazamiento de las fiestas «implica un golpe duro, aunque lo comprendemos, por la necesidad de preservar la salud». La puntilla llegó con el cierre de bares y locales de ocio, y la clausura temporal de hoteles. Solo hay dos abiertos en la provincia, para trabajadores de sectores esenciales.

Azulejo: la patronal quiere medidas fiscales

Las calles están desiertas, pero no toda la economía estaba interrumpida en estas tres semanas. Las fábricas cerámicas trabajaban con relativa normalidad. Hasta que el lunes llegó el cierre de toda actividad industrial no esencial. Al menos, todo el estoc producido en los últimos tiempos podrá llegar a su destino, y se preservan las operaciones de mantenimiento. La patronal Ascer valoró las medidas del Gobierno, pero reclamaron concreción. Proponen aliviar la presión fiscal y que haya «medidas de liquidez de fácil acceso que permitan asegurar el futuro de nuestro sector y de todos los empleos».

Comercio: ante el enésimo reto para sobrevivir

Solo se puede comprar en farmacias y tiendas de alimentación. La secretaria general de Confecomerç Castelló, Teresa Esteve, comentó lo duro que es para el pequeño comercio «no poder abrir cuando estamos en una de las mejores épocas de ventas del año, y con todo el género por vender». Por esta razón reclama que a las medidas de los ejecutivos central y autonómico «se sumen iniciativas de los ayuntamientos». Algunos de ellos ya han anunciado un alivio en la presión fiscal, como la exención del pago en las ocupaciones de vía pública mientras dure el estado de alarma. Tendrán un nuevo desafío cuando puedan subir la persiana.

Puerto: sigue el tráfico con restricciones a personas

El paso de mercancías está permitido, pero con la ampliación de medidas preventivas ya establecidas hace unas semanas. La presencia de personas está muy limitada, y se han reforzado las tramitaciones a través de la red.