María Dolores Rambla afronta cada jornada sin miedo al coronavirus. Todas las mañanas abre al público su establecimiento en la calle Ramón y Cajal de Vila-real, consciente de que el suyo, como punto de venta de prensa escrita, es uno de los servicios esenciales que se detallan en el real decreto de estado de alarma. La gente sigue demandando la información de proximidad que ofrecen periódicos como Mediterráneo, incluso más, si cabe, debido al cierre de negocios en los que podían echar un vistazo a las noticias de la provincia de Castellón. «Ahí sí que hemos notado la bajada de ventas», señala María Dolores, que ha visto como ha tenido que dejar de distribuir prensa en varios comercios.

El cierre de industrias del sector azulejero también se ha notado en los últimos días. «Los trabajadores que iban o venían de las fábricas daban un poco de vida, pero ahora que están cerradas... Ya no hay gente de paso que se acerca al quiosco. Como autónomos seguiremos aguantando hasta que podamos, pero veremos qué pasa si esto se alarga mucho», dice con inquietud María Dolores, que ahora tan solo mantiene el quiosco abierto en horario matinal. De la zona céntrica y de mucho tráfico de personas y potenciales clientes de hace algunas semanas no queda ni rastro: «Al no haber niños en las calles se ha paralizado la venta de otros productos como las chuches, snacks o material escolar».

EL CIVISMO

Hasta que pase la tormenta del covid-19 María Dolores extremará las medidas de protección, como «respetar la distancia mínima entre personas o que solo pueda haber dos clientes al mismo tiempo dentro del local». «No es complicado mantener la seguridad ya que la gente se está mostrando muy responsable y respetuosa», destaca María Dolores.