El nuevo Gobierno de coalición de centroderecha de Eslovaquia, liderado por el populista conservador Igor Matovic, asumió este sábado en Bratislava sus funciones, en medio de la crisis del coronavirus, con todos los integrantes del nuevo gabinete protegidos por mascarillas

En su discurso, Matovic destacó la lucha contra la corrupción y la defensa de los ciudadanos de la pandemia del Covid-19, con 105 contagiados y ningún fallecido hasta el momento en el país.

El nuevo gabinete, compuesto por cuatro partidos, cuenta con una mayoría parlamentaria de 95 sobre 150 diputados. Sus integrantes son el movimiento conservador OLaNO (Gente Corriente y Personalidades Independientes) de Matovic, el ultraderechista Sme Rodina (Somos una Familia), el liberal SaS (Libertad y Solidaridad) y el centrista Za Ludi (Por la Gente), del expresidente Andrej Kiska.

Ultranacionalistas

El líder de Sme Rodina, Boris Kollar, será el nuevo presidente del Parlamento unicameral en Bratislava. Su partido forma parte del Movimiento por una Europa de Naciones y Libertades, alianza de eurodiputados integrada por partidos ultras como la Liga italiana, de Matteo Salvini, o la francesa Agrupación Nacional, de Marine Le Pen.

El Ministerio de Asuntos Exteriores estará dirigido por el experimentado diplomático Ivan Korcok, antiguo embajador en Washington y exsecretario de Estado. Matovic, de 46 años, ganó las elecciones legislativas del pasado 29 de febrero, al conseguir un 25 % de los votos.

Corrupción y asesinato

La confianza de los eslovacos en las instituciones quedó en entredicho tras el asesinato del periodista Jan Kuciak en febrero de 2018, cuando el reportero hacía pesquisas sobre la connivencia de altas esferas del Gobierno con el crimen organizado.

Tras una criticada investigación, se tardó casi dos años en sentar a los sospechosos en el banquillo de los acusados, en un juicio en el que figura el empresario Marian Kocner, que mantuvo contacto asiduo con jueces, fiscales, políticos y que es el principal sospechoso de ordenar la muerte del periodista.

La muerte de Kuciak causó un terremoto político en Eslovaquia, una república excomunista que se integró en la Unión Europea en el 2004, pero que, según los críticos, no ha logrado sentar las bases de una justicia realmente independiente tras cuatro décadas de totalitarismo.

Este mal endémico, que desencadenó protestas multitudinarias el año pasado, fue el que aupó al poder a la presidenta actual, la liberal Zuzana Caputova, y que causó un vuelco electoral en los pasados comicios legislativos, tras cuatro legislaturas de dominio socialdemócrata en las urnas.