Se acercan los peores días. Lo advierten tanto el Gobierno como los expertos. Las cifras van ser cada vez más negras, los hospitales empezarán a desbordarse y los frutos del confinamiento tardarán en llegar. Italia superó este jueves el umbral de muertes por coronavirus registradas en China, rozando las 3.500. Aunque hoy pueda parecer difícil de creer, lo más probable es que España se encuentre una situación similar dentro de siete días.

El aumento de fallecimientos está siguiendo una progresión similar en ambos países, incluso es algo más acelerada aquí, como puede comprobarse en el gráfico que cada día actualiza este diario a partir de los cálculos de la universidad Johns Hopkins de Baltimore.

España ha rebasado el umbral de los mil muertos este viernes 20 de marzo. Exactamente 1002, según el ministerio de Sanidad. Si Italia lo superó el 12 de marzo, no es muy aventurado concluir que en el plazo de una semana nos acercaremos a los 4.032 que ha censado este viernes Italia.

La previsión no es fruto de ningún modelo matemático sino de una analogía obvia. Se han tomado medidas parecidas, las dificultades en el frente sanitario, con la escasez de medios y de personal son similares, y los resultados siguen curvas paralelas. La analogía no se ha hecho con el número de contagios porque esta cifra, muy vinculada al número de pruebas que se efectúan, es cada vez menos fiable. China tuvo el doble de casos y Italia ya le ha superado en víctimas mortales. España sumó este viernes 19.980.

UN ESCENARIO "DESGRACIADAMENTE" POSIBLE

Expertos como el presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, Pere Godoy, o Pepe Martínez Olmos, exsecretario de Estado de Sanidad, ven desgraciadamente posible" este escenario.

La única ventaja que le saca España a Italia es que el confinamiento se adoptó con algo de anticipación. Aquí teníamos 288 muertos sobre la mesa y allí 366. No parece mucho. El margen de un solo día.

Lo más dramático sería que el grado de confinamiento escogido no sea el suficiente. Tras dos semanas de su #quedateencasa, Italia todavía no ha alcanzado el pico ni en número de contagios ni de muertes. Ambos batieron el récord con casi 6.000 y 600 en un solo día.

La situación ha llevado al gobierno de Giuseppe Conte a anunciar la adopción de la paralización de la actividad laboral que no sea imprescindible para el abastecimiento de los ciudadanos y la lucha contra el virus. Las autoridades regionales decidirán en cada demarcación qué industria o servicio no es imprescindible, informa Rossend Domènech. No es extraño que con tanto encierro por atrás y por delante un joven romano se lanzara ayer desnudo a las aguas del Tíber,

El debate de si en España hay que dar ya el paso de Conte está abierto. De puertas a fuera, el Ejecutivo advierte que de momento no es necesario. Tenemos una de las medidas más duras que se han tomado en los países de la UE y si se cumplen bien pensamos que nos ayudarán a controlar el virus, ha zanjado el ministro de Sanidad, Salvador Illa.

El margen de reducción de contagios que lograríamos no es suficientemente importante como compensar los perjuicios que causaría en la población, vino de decir el día antes el portavoz del comité gubernamental, el cada día más ojeroso Fernando Simón.

Oriol Mitjà, el epidemiólogo español que abogó por tomar medidas duras antes que nadie, defiende el confinamiento total, incluyendo el laboral. Sus modelos matemáticos, que contribuyeron a erradicar la enfermedad de pian en Papúa Nueva Guinea, predicen un escenario terrible sino se lleva a cabo.

EL DAÑO ECONÓMICO YA ESTÁ HECHO

Incluso algunos próximos al Ejecutivo, sin dramatizar, creen que el daño grande a la economía ya está hecho y podría ser útil suprimer toda actividad laboral no necesaria, mientras que el leridano Pere Godoy, por ejemplo, no es partidario, porque el distanciamiento social está siendo ya muy intenso y cree que será suficiente, aunque sus efectos tardarán en verse.

El presidente de los epidemólogos está convencido que la clave es atacar el foco de las residencias de ancianos. Es la causa principal de que haya tantas hospitalizaciones y muertes. En estos centros se produce una agrupación de la población más vulnerable en la que es muy difícil conseguir el distanciamiento, advierte. En los geriátricos se han producido de momento unas 90 muertes y miles de contagios.

La medianoche del sábado se cumplirá la primera semana de encierro en las casas y lo más probable es que sigan varias más, quizás aún más estrictas. Dependerá de si hemos sabido desengancharnos de la curva italiana.