Tras la cumbre europea que terminó en fiasco hace ocho días y tres videoconferencias fallidas después, los ministros de economía y finanzas de la Eurozona tratarán este martes de sentar las bases del primer gran cortafuegos de emergencia que debe ayudar a los gobiernos europeos a mantener empresas y trabajadores a flote y, sobre todo, a confirmar que la solidaridad europea existe. Sobre la mesa cuatro ingredientes a los que se suman dos ideas de cuño nacional: "el regalo" de 20.000 millones propuesto por Holanda esta semana y el fondo para la relanzar la economía planteado por Francia. "Las cosas se están moviendo rápido. Hay muchas conversaciones bilaterales, videoconferencias. Hay todavía algunas reuniones previstas pero confiamos en un acuerdo", apuntan fuentes diplomáticas.

Un fondo de rescate casi sin condiciones

De todo el arsenal, el Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE), que tiene una potencia de fuego de 410.000 millones de euros, es el instrumento financiero más poderoso. Su uso ya generó un "apoyo amplio" durante el último Eurogrupo, según indicó su presidente, Mário Centeno, aunque Italia ha vuelto a dejar claro que sigue sin gustarle la propuesta. "El uso de instrumentos como el MEDE parecen totalmente inadecuados respecto a los objetivos que se persiguen teniendo en cuenta que nos enfrentamos a un shock simétrico", ha recordado el presidente italiano, Giuseppe Conte, en una tribuna. El plan que ultiman los gobiernos europeos contempla la activación de dos modalidades de líneas de crédito a las que los gobiernos podrían recurrir en caso de necesidad. La primera, una línea preventiva reforzada (ECCL), que se adaptaría para responder de forma inmediata a las necesidades de los servicios sanitarios y la respuesta económica, y que permitiría a los gobiernos solicitar créditos de hasta el 2% del PIB (unos 25.000 millones en el caso de España) aunque podría ajustarse en función de la necesidad y la severidad del golpe.

La segunda opción es un nuevo "instrumento de financiación rápida" con una capacidad de 80.000 millones (unos 9.500 para España) que podría solicitarse para sufragar gastos sanitarios de emergencia y los costes económicos provocados por la pandemia. Ambos instrumentos, que "no son exclusivos y podrían ser utilizados de forma combinada", prevén condiciones, aunque ligeras (cumplimiento de las normas del Pacto de Estabilidad y las recomendaciones del Semestre Europeo) así como el seguimiento por parte de la Comisión. "Es muy importante que si un país dice que quiere usar estos fondos no haya comisarios que vayan y dediquen semanas a discutir cómo deben cambiar sus políticas en los próximos años", admitía esta semana el ministro alemán de finanzas, Olaf Scholz. La prueba de fuego será el martes.

Un megafondo para el BEI

El segundo gran elemento sobre el que los gobiernos quieren construir la respuesta económica al coronavirus es el Banco Europeo de Inversiones (BEI). La entidad, en manos de los gobiernos de la UE, ya había anunciado hace unas semanas su compromiso para movilizar 40.000 millones de euros. Su presidente, Werner Hoyer, aspira a crear un fondo de 200.000 millones para apoyar a las pequeñas y medianas empresas golpeadas por el coronavirus. Para ello, los gobiernos tendrían que poner 25.000 millones en garantías con los que la entidad podría acudir al mercado en busca de financiación. Si los gobiernos dan luz verde, el instrumento podría estar en marcha "en cuestión de semanas sino de días".

100.000 millones contra el paro

La última iniciativa destinada a reforzar el salvavidas económico europeo es un nuevo fondo denominado SURE (seguro), propuesto por la Comisión Europea esta semana, para financiar los ERTEs y proteger a los trabajadores por cuenta ajena y propia contra el riesgo de despido y la pérdida de ingresos. Un mecanismo de "emergencia", diseñado particularmente para apoyar a Italia y España, y que nace con el objetivo de movilizar 100.000 millones a partir de 25.000 en garantías que pondrán de forma voluntaria los Estados y miembros. La Comisión Europea utilizaría este dinero para captar financiación en los mercados financieros con los que después hacer préstamos a los países que necesiten ayuda y que se beneficien de esta forma de costes de financiación más baratos.

El debate de los eurobonos o 'coronabonos'

Aunque las instituciones europeas insisten en que "todas las opciones están sobre la mesa", incluida la mutualización de la deuda que reclaman países como Italia o España, a renglón seguido admiten no es una opción viable a corto plazo. "Todos sabemos que necesitamos respuestas rápidas a la crisis. No podemos sencillamente dedicar 2 o 3 años a inventar nuevas herramientas", advertía este jueves la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. "Al inicio de la crisis del euro llevó siete meses que el fondo de rescate temporal emitiera su primer bono. Es mejor utilizar todos los instrumentos e instituciones existentes", añade el director ejecutivo del fondo de rescate, Klaus Regling. Holanda ha dejado claro que considera el debate "tóxico" y que no aceptará la mutualización de la deuda aunque fuentes de la delegación dan por seguro que el tema volverá a colarse en la agenda.