"Vale 20 euros sin copa y 25 con copa. Me avisas de la gente que vaya a venir y yo te pasaré un contacto para que hagan un Bizum. No se puede pagar en puerta. En concepto se escribe 'despedida' y el nombre. Luego que manden un WhatsApp al chico y le digan: "He hecho un ingreso a nombre de tal", para que lo apunte en la lista. (La fiesta)empieza a partir de las diez de la mañana hasta las ocho de la tarde o así". Esta es parte de una conversación con uno de los organizadores de las decenas de fiestas ilegales que se están moviendo por las redes sociales y que se celebran en la isla este fin de semana y el resto del verano covid, adelanta 'Diario de Mallorca' del mismo grupo editorial que 'El Periódico de Catalunya'.

Los interesados se enteran sobre todo por el boca a boca y mensajes privados o directos (MD) a través de Instagram o Telegram. En ellos se les pide que sigan una cuenta abierta expresamente para informar del evento. Allí se detallan las características, como la fecha, la dirección (que no se indica hasta el último momento para esquivar a la policía), el tipo de música, la "donación" por cada bebida "proporcionada por el anfitrión" y la "aportación al bote", según se puede leer en uno de los mensajes.

Todos destacan que se trata de una "fiesta privada, con lista cerrada y solo invitación por amigos" con el fin de evitar una posible sanción por realizar una actividad lucrativa sin la obligada licencia. Por eso, hay quienes solicitan que, cuando se realice el ingreso a través del servicio de pago Bizum u otro similar, el participante escriba 'despedida' en el concepto, ya que así podrían alegar que se trata de la supuesta celebración de una despedida de soltero/a. Utilizan diversos trucos para no ser pillados, aunque algunos eventos parecen organizados por auténticos profesionales y se promocionan con llamativos folletos digitales.

Los precios más habituales oscilan entre los 10 y 25 euros, y puede entrar una consumición, dos o ninguna. El resto de las bebidas se pagan aparte, con una "donación" al anfitrión de dos o tres euros, según uno de los mensajes. Sin embargo, hay fiestas de 35 euros con zonas VIP de hasta 100, como la que se clausuró el pasado sábado en un chalé de la Costa de la Calma (Calvià), que había sido organizada por trabajadores del ocio nocturno de Magaluf.

"¿Mascarillas?"

Una joven conocedora de este tipo de convocatorias explica que "casi todas son en casas con piscina y se celebran desde la tarde hasta la noche". Y aunque uno se imagine la respuesta, la pregunta es obligada. "Qué va, ni mascarilla ni leches", ni por supuesto, la necesaria distancia interpersonal en las llamadas popularmente covid parties. Mucho menos en las fiestas que son organizadas en barcos de alquiler y que esta chica califica de low cost porque "las mujeres no pagan, ya que se necesita un gancho, igual que en algunas de las discotecas", compara.

Tal como relata, el lugar de encuentro es normalmente un chiringuito o embarcadero y desde allí los participantes se trasladan en lancha al barco contratado para el evento. Una vez a bordo, el ritual es el mismo que en el resto de convocatorias ilegales: divertirse con alcohol en el verano de la pandemia.