La denominada nueva normalidad tendrá muy poco de normal. Ya no habrá limitaciones de aforos en los comercios, bares y espectáculos ni a la movilidad, pero las comunidades autónomas deberán vigilar el estricto cumplimiento de las normas de distancia social en lugares públicos como las playas, la obligatoriedad del uso de la mascarillas, hacer pruebas PCR a todos los casos sospechosos y disponer de planes de contigencia sanitarios para afrontar un hipotético rebrote. Y en el caso que se considerara necesario, el Gobierno podría volver a tomar el mando en un determinado territorio.

Así lo prevé el decreto que aprobará el Gobierno el próximo martes y que regirá a partir del momento en que finalice el estado de alarma, el próximo 21 de junio. Debemos mantenernos alerta, el covid-19 sigue circulando entre nosotros y hay que mantener las barreras para evitar el contagio, ha advertido este domingo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la videoconferencia con los presidentes autonómicos y recordó que detrás de cada pequeño rebrote de los que han producido las últimas semanas ha habido una imprudencia.

Hasta la vacuna

Las normas estará vigentes mientras se mantenga la emergencia sanitaria, es decir, hasta que se halle una cura o una vacuna contra el coronavirus. El decreto permitirá al Gobierno seguir centralizando los datos de las autonomías para poder seguir la evolución de la pandemia y tomar las medidas que sean necesarias en caso de que esta fuera negativa, aunque Sánchez se mostró confiado en no tener que llegar a este punto.

Ningún presidente de comunidad formuló objecciones importantes respecto al contenido del decreto, que acabará de perfilarse en el Consejo Interterritorial de Sanidad que celebrarán hoy los consejeros autonómicos, aunque algunas de sus disposiciones no será fáciles de cumplir. Barcelona y Madrid no tendrán fácil cumplir, por ejemplo, la exigencia de disponer de una oferta transporte público suficiente para evitar las peligrosas aglomeraciones.

Cambios de fase

El camino que deberán seguir los distintos territorios hasta llegar a la nueva normalidad es algo que sólo el tiempo dirá porque está en gran parte en manos de cada autonomía y de que como vaya evolucionando la situación santitaria en cada una de ellas. Los que se encuentran en fase tres pueden pedir dar el paso a la nueva normalidad cuando lo crean conveniente pero Sánchez les advirtió que el Gobierno mantiene la potestad para levantarles el estado de alarma y si se lo negara sus ciudadanos podrían seguir sin viajar a otras autonomías.

Las opciones van a ser muy dispares. Andalucía permite a partir de este lunes los viajes entre sus provincias pero no se plantea dejar atrás de la fase tres hasta dentro de dos semanas. Extremadura no pemitirá por el momento ni el tránsito entre los territorios de Cáceres y Badajoz, mientras el lendakari Íñigo Urkullu pretende coordinarse con el presidentes de Cantabria, Navarra, y La Rioja para que les autoricen a viajar entre ellas dentro de una semana, sin haber superado aún la fase tres.

Barcelona y Madrid

Los que más lejana tienen la nueva normalidad son Barcelona, Madrid y Castilla y León, que hoy entran sólo en la fase dos. Debería acortarse mucho el paso entre fase y fase para que accedieran a la nueva normalidad el día 21 y no parece que sea prudente, dado que la mayoría de los pocos contagios que se producen en España tienen lugar en las dos grandes grandes capitales. El número de contagiados diagnósticados en la capital de España llegó a rozar el centenar durante algunos días de la pasada semana.