La tradición sitúa a la fecha del 15 de agosto como una de las más turísticas del año, y por lo que indican los representantes del sector, el verano del coronavirus mantiene la costumbre. Los resultados de ocupación hotelera inusualmente bajos del 2020 dan una tregua, y Castellón ofrece una imagen que se asemeja bastante a la de un estío convencional. Sobre todo en la costa. Todo, a pesar de que el miedo a los efectos de las nuevas restricciones al ocio nocturno y el consumo de tabaco sobrevoló muchas conversaciones. No fueron pocos los que aprovecharon el último fin de semana para ir de terrazas más allá de la una de la madrugada.

El principal destino de la provincia, Peñíscola, culmina una semana considerada como positiva. Francisco Ribera, presidente de la agrupación empresarial Agretur, indica que se ha alcanzado de media «un 70% de ocupación, con un repunte que se nota desde el pasado fin de semana». La Ciudad en el mar lidera también el porcentaje de plazas disponibles en este verano tan difícil, con un 84% del total, por lo que la impresión es «bastante satisfactoria», y más cuando el 3 de agosto «apenas se alcanzaron unas ocupaciones medias del 30%». Otra cosa será la segunda quincena. Ya se temía un descenso en picado a partir del día 24, pero posiblemente el parón llegue antes. Aun así, Ribera comenta que la ciudad «tiene un modelo familiar, por lo que el peso del ocio nocturno es más bajo».

La mirada en el resto de localidades con playa es un tanto diversa. El presidente de Altur-Hosbec, Alexis de Pablo, menciona que hay «muchas diferencias según destinos y tipos de establecimientos», y destaca que la actividad «en estas semanas centrales de agosto está siendo la mayor de todo el verano, aunque teniendo en cuenta las circunstancias de este año». El anuncio de las nuevas medidas, el viernes, impidió un perjuicio notable para estas jornadas.

MOVIMIENTO / El panorama es un tanto distinto en el interior. Allí también hay más movimiento en coincidencia con la festividad de ayer, pero dentro de un contexto de gran actividad desde julio. Solo había que acercarse ayer a Morella. «Hay unas normas de seguridad que cumplir, y por eso no es fácil doblar turnos de comidas, pero hay demanda de sobra para ello en estos días», indicaba un empresario de hostelería.

El responsable del club de producto de turismo de interior Temps, Joaquín Deusdad, comenta que en estos días los alojamientos abiertos de Castellón «están completos, y la media en este mes ronda el 90%». Además, de la escapada de dos o tres días, «se ha pasado a semanas enteras», puntualiza. Si la temporada de otoño e invierno suele ser el fuerte en este tipo de negocios, la sensación de seguridad y escasa masificación ha beneficiado a este segmento. Un 15 de agosto que ha sido un oasis en la campaña más apática.

CIERRES INMINENTES / El vicepresidente de Hosbec, Javier Gallego, comenta que en destinos como Benicàssim «las ocupaciones hoteleras están ahora sobre el 50-60%, aunque en toda la provincia vuelven a caer en unos días». Por este motivo, vaticina que muchos establecimientos «no se esperarán al 15 de septiembre o el inicio del curso escolar, y posiblemente acaben temporada dentro de 15 días». Más aún con el nuevo paquete de limitaciones de las autoridades, y con el miedo de que el próximo paso sea volver a restringir la movilidad entre territorios si no descienden los contagios. Otro factor en contra es la ausencia de alicientes como acontecimientos festivos o eventos musicales, tanto en costa como el interior.