El Papa Francisco ha concedido la indulgencia plenaria --el perdón de todos los pecados-- a los que se han contagiado de coronavirus y a quienes les asisten en un decreto que ha sido publicado este viernes por la Penitenciaría Apostólica ante la actual situación de pandemia que en Italia ha causado más de 3.400 fallecidos y más de 41.000 contagios totales, y que en España ha causado 1.002 fallecidos y 19.980 contagios.

Francisco ha extendido a partir de este decreto la indulgencia plenaria a "los fieles afectados por el coronavirus, sometidos a cuarentena por orden de la autoridad de salud en los hospitales o en sus propios hogares si, con un alma separada de cualquier pecado, se unirán espiritualmente a la celebración de la Santa Misa', recitan el Rosario, se unen a la práctica piadosa del Vía Crucis o realizan otras formas de devoción como recitar el Credo, el Padre Nuestro y una oración a la Virgen".

Además de esto, el Papa ha establecido que estas personas deben tener la voluntad de cumplir con la confesión sacramental, la comunión eucarística y la oración tan pronto como les sea posible. Se les otorgan también indulgencias especiales bajo las mismas condiciones a los familiares, a los trabajadores sanitarios y a todos los que, 'exponiéndose al riesgo de contagio', ayudan a los enfermos.

La Penitenciaría Apostólica ha indicado en el comunicado que concede la indulgencia también a aquellos fieles que rezan "para pedir el cese de esta pandemia, el alivio de los que sufren y la salvación eterna de los fallecidos".

Además, ha anunciado que "la Iglesia católica reza por aquellos que no pueden recibir la unción de enfermos y concede la indulgencia plenaria en el momento de la muerte, siempre y cuando se haya recitado habitualmente algunas oraciones durante la vida, indica el decreto" . Para alcanzar estas indulgencias, la Penitenciaría Apostólica recomienda el uso del crucifijo o la cruz.