Ante una emergencia sanitaria como la del coronavirus, con efectos económicos y sociales a gran escala, es todavía más evidente la necesidad de invertir en ciencia e innovación para poder ser autosuficientes en la Comunitat, abaratar costes y ser lo más eficientes posibles en la lucha contra el Covid-19.

Por ello, la Generalitat ha destinado tres millones de euros a 41 proyectos de innovación, relacionados con equipos de protección y mascarillas reutilizables, test más eficaces, respiradores de bajo coste, soluciones médicas y farmacológicas, sistemas de desinfección mediante robots, o el uso de inteligencia artificial y optimización de recursos y logísticas.

La presentación de estos trabajos, con disponibilidad a corto plazo para poder ser implementados en base a las necesidades para incentivar el tejido productivo de la Comunitat y la economía en esta desescalada de la pandemia, fue un encuentro telemático en el que participaron el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque; el president de la Generalitat, Ximo Puig; la consellera de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, Carolina Pascual, así como los investigadores de los principales de los proyectos seleccionados.

Puig quiso destacar la «potente respuesta» del sistema valenciano de ciencia e innovación y del tejido productivo en la lucha contra la pandemia del Covid-19, «con soluciones que permitirán al personal sanitario protegerse de contagios y realizar su trabajo en las mejores condiciones y que, además, también ayudarán a volver con mayor seguridad a la convivencia en espacios comunes».

El ministro Duque señal que esta emergencia sanitaria obliga a actuar en dos líneas de trabajo, «por un lado proporcionando un colchón a las personas con dificultades. Y, después, procurar que la ciencia encuentre una solución a la enfermedad y que la innovación encuentre la manera de retornar a la actividad económica en las nuevas circunstancias».

Por su parte, la consellera Carolina Pascual remarcó que el sistema valenciano de innovación e investigación se ha volcado para cuidar a quienes nos cuidan. «La diversificación de nuestro tejido productivo, la transferencia del conocimiento y la adaptación para atender las necesidades más urgentes han contribuido a la producción y a la mejora de elementos de protección de los sanitarios y también ha adaptado soluciones para la vuelta a la convivencia tras el desconfinamiento, con medidas novedosas de desinfección».

En busca de la eficiencia

Entre los proyectos seleccionados está uno del Instituto Tecnológico del Plástico (Implas) que ha desarrollado mascarillas reutilizables, higiénicas y con un filtro intercambiable. Además, mediante la tecnología de inyección se pueden producir de manera masiva. También apuesta por mascarillas de plástico reutilizables la Universidad Miguel Hernández de Elx.

Otras mejoras en el campo de los elementos de protección son la del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), que han diseñado unos filtros con capacidad para biodegradarse, y la del Instituto Textil Aitex, que han creado unos tejidos laminados que dificultan el paso de líquidos y patógenos para batas quirúrgicas.

Puig reconocía que uno de los problemas al que han tenido que enfrentarse es, además de la escasez de test, la fiabilidad de éstos, de ahí la importancia de los proyectos centrados en mejorar este tipo de pruebas PCR o test para saber la inmunidad ante el virus. La Universitat Politécnica de València, la empresa Lumensia Sensors, el I2SysBio (Insitute For Ibtegrative Systems Biology) y la empresa de biotecnología de Alicante iGLS trabajan en este tipo de mejoras. Como la CEU Cardenal Herrera con un sistema para abaratar costes y así poder hacer test masivos y el Instituto Tecnológico del Plástico con test basados en la nanotecnología, capaces de producirlos a nivel local, y que analizan sangre, mucosa y orina.

Otra de las necesidades que se han visto desbordadas durante las primeras fases de la pandemia han sido los respiradores en las Unidades de Cuidados Intensivos. La Universidad de Alicante ha diseñado una producción de respiradores médicos de bajo coste pero gran precisión y con inteligencia artificial. De hecho, se entregaron la semana pasada las primeras unidades en Ecuador. Por su parte, la empresa Darimo Carbon ha creado un respirador de turbina. También han sido reconocidos los trabajos del Instituto de Biomecánica de València y la empresa castellonense Graphenglass.

Otros proyectos se centran en un sistema robotizado de extracción de muestras para su posterior análisis y diagnóstico, o un dispositivo de generación de oxígeno de la empresa Kerionics.

Tanto el president Ximo Puig como la consellera de Innovación destacaron las «valiosas» ideas para adaptarnos a esta nueva normalidad, con la desinfección de espacios industriales, hospitales y en el transporte público, donde «la tecnología tiene que ser el motor para lograr la eficiencia». Estas propuestas son necesarias «para poder reactivar el turismo, de cara a la apertura de hoteles y restaurante en las condiciones de desinfección necesaria», remarcó Pascual.

La empresa de robótica Robotnik presentó un robot modular para uso en hospitales para fumigar, que también puede ser destinado a telemedicina o transporte, para que el personal sanitario esté lo más separado de las zonas con mayor riesgo de contagio. BestAir Technologies, Aquactiva Solutions, Aluminio Tecnológico, Diseño y Construcción de Maquinaria Automatizada también han sido reconocidas en esta categoría.

Al igual que la intelegencia artificial, a cual «nos abre muchas posibilidades y debe ser un vector clave en el presente y en el futuro», puntualizó Puig. En este sentido se seleccionaron los trabajos de Isabial, Hidraqua, Quibim, FIHGUV, el Instituto de Investigación Sanitaria de La Fe, la Universidad de Alicante, Fisabio y Quibim. Los investigadores han aplicado la IA a diferentes sectores para contener la expansión del virus, con proyectos relacionados con la detección temprana a través de rayos X y tomografías, el seguimiento del estado de personas enfermas, la expansión de la enfermedad, así como para el control de aglomeraciones o detección de la movilidad a través del consumo de agua de los domicilios.

Respecto a la innovación en logística y optimización de recursos el Instituto CIO de la Universidad Miguel Hernández ha diseñado un sistema para una distribución óptima del número de test y la Universitat Politécnica apuesta por el uso de drones para transporte de material. Asimismo, Facsa va a desarrollar una plataforma digital como sistema de alerta ante posibles reinfecciones analizando el agua.