Tras lanzar una llamamiento a la responsabilidad cara a cumplir toda las medidas preventivas, como el uso de mascarilla y la distancia de seguridad, ayer la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, confió en que el brote confirmado este pasado lunes no tenga ningún impacto turístico negativo, aunque explicó que más que la afección económica es «importante el impacto en la salud, es decir, que no haya ningún fallecido ni contaminados».

«Es el momento de que nos demos cuenta de que la lucha contra el covid-19 no se ha acabado y que tenemos todavía al enemigo por ahí, que no se ve, pues entre todos tenemos que acabar con él», afirmó la primera edila, quien trasladó su «apoyo» a las personas afectadas.

Preguntada sobre si el Ayuntamiento ha recibido alguna orden por parte de la Conselleria de Sanidad respecto al brote, Marco indicó que de momento no se les ha dicho nada específico y que desde el consistorio están «a lo que diga el departamento autonómico, que es el que está tomando cartas en el asunto y controlando el brote y viendo la trazabilidad».

«máxima colaboración» // Al respecto, destacó la disponibilidad del Ayuntamiento y la «máxima colaboración» con la Generalitat en este caso y durante toda la pandemia. «Lo importante es arrimar el hombro todas las administraciones por el bien de la ciudadanía y evitar que pueda haber brotes como este», afirmó.

Desde el Ayuntamiento informaron de que continúan con el reparto de mascarillas iniciado la semana pasada entre colectivos vulnerables, dependientes y personas con discapacidad. Así, a las 12.000 unidades cuya distribución comenzó la semana pasada se suman otras 4.000 que se están repartiendo entre población de riesgo. De estas 4.000, 2.000 de ellas son para niños.